Entre todos los elementos en los que debemos fijarnos antes de comprar un móvil, encontramos la pantalla como uno de los más importantes. Sobre todo, debemos fijarnos en comprar un modelo con pantalla plana o una curva, lo que puede marcar nuestra experiencia con el smartphone de manera drástica y hacer que estemos satisfechos o decepcionados.
En los últimos años, la opción de optar por un teléfono curvado o uno más tradicional, se ha convertido en una gran duda y no es para menos, dado todo lo que cambia entre el uno y el otro. Por eso queremos ayudarte y darte a conocer las causas por las que deberías comprar un estilo o el otro, según lo que prefieras.
Lo mejor y lo peor de las curvas en la pantalla
Lo primero de todo lo vamos a notar nada más sujetar en nuestra mano, un móvil con la pantalla curvada es lo más cómodo que existe. Aquí, por lo tanto, nos encontramos un hándicap a su favor, algo que no vamos a poder disfrutar en los smartphones que tienen un panel plano. Esta buena sensación se extiende más allá de la mano, puesto que también lo vamos a disfrutar a través de los ojos. Tanto si te gusta ver series, películas o redes sociales vas a disfrutarlo mucho más en estos paneles.
En el pasado también podríamos haber mencionado la tecnología de la pantalla, aunque en los últimos tiempos otros paneles planos han demostrado poder ser también una gran opción para mostrarnos colores, brillos y altos contrastes. Pasando los aspectos negativos de las curvas nos encontramos con el coste de la reparación. Arreglar estos paneles puede suponer un gran desembolso, lo que contrasta con los bajos precios de las pantallas planas.
Pantallas planas: amor y desilusión a partes iguales
En cuanto a las pantallas planas, podemos decir muchas cosas que la mayoría de usuarios ya conoce, dado que se trata del tipo de opción más popularizado en todo el mundo. Lo encontramos no solo en móviles, sino también en tablets, relojes y en prácticamente todo aquel elemento que permite ser utilizado con los dedos. Esto hace que seamos más o menos hábiles con la tecnología, podamos usar el panel sin complicación alguna. Es por ello que las personas mayores, pero también los jóvenes, se suelen sentir muy atraídos hacia ellas.
Las pantallas planas también se llevan un punto a su favor, dado que los smartphones de este estilo son más económicos, aunque la imagen y las calidades pueden ser iguales que las del resto. Al contrario que pasaba antes, si se nos rompe el panel, vamos a poder repararlo por un muy bajo precio.
Pero no todo es un camino de rosas, dado que también hay que tirar de las orejas a esta opción que nos puede limitar mucho en el día a día. Si queremos arrastrar elementos de un extremo al otro de la pantalla, puede ser que nos veamos limitados. Al ver contenido en estas, también habrá situaciones donde no obtengamos esa sensación sorprendente que nos generaba en los paneles curvos. Y en el punto estético, debemos decir que los marcos suelen ser menos apurados, dando la sensación de tener un teléfono algo más anticuado.
La decisión es complicada
Como podéis observar, no resulta nada sencillo decidirnos por una alternativa o la otra. Por eso, siempre dentro de lo posible, recomendamos que probéis en vuestra propia mano, una pantalla plana y una curva. Bajo nuestra propia experiencia, debemos decir que tras varios días usando paneles curvos, nos terminamos adaptando y es la opción que vamos a desear seguir usando durante muchos años, eso sí, una curva ligera, puesto que si es demasiado pronunciada puede terminar teniendo muchos más inconvenientes y haciendo notablemente frágil el terminal.