A muchos nos pasa. Vemos un nuevo smartphone de la firma china, nos enamora su aspecto exterior, pasamos por caja, y al poco tiempo vemos como los fallos se adueñan del dispositivo. Esto es, ni más ni menos, lo que me ha pasado con mi flamante realme GT Master Edition.
Nunca antes ha cobrado tanto sentido eso de que ‘la belleza se encuentra en el interior’. Es cierto que los smartphones de realme son de los más bonitos que han pasado por nuestras manos, pero la realidad es que, cuando dejamos de lado sus acabados, nos encontramos con un interior, un hardware que da más problemas que otra cosa. Y lo he vivido en mis propias carnes.
Muchas veces nos hemos hecho eco de que los usuarios de realme han notificado una grave caída del rendimiento en sus móviles y parece que hay varios culpables del problema. Por lo general, los móviles de la firma se atascan y las quejas por el rendimiento se extienden a lo largo y ancho del globo por culpa, en gran parte, del sistema operativo.
Algunos de los problemas que he podido comprobar de primera mano es que, al poco de instalar unas pocas aplicaciones, teniendo espacio de sobre, el móvil se atasca y va lento. Esto repercute directamente en problemas con la batería y una carga lenta, pese a que el modelo en concreto cuenta con una velocidad de 65W que debería ofrecer una carga completa en menos de una hora, pero en muchas ocasiones esto no ha sido así.
Eso, por no hablar, de los más que frecuentes crasheos del sistema y avisos de memoria llena cuando en realidad quedan GB por gastar. Esto, sin duda, se debe a un sistema operativo, Realme UI, excesivamente joven y en el que aún hay mucho que hacer, pese a no ser más que un clon de ColorOS de OPPO. Además, de buenas a primeras he visto como Google Wallet dejaba de funcionar, impidiéndome realizar mis compras con el móvil, y como al jugar a títulos no demasiado exigentes, como Clash Royale o Slither.io, la aplicación se cerraba de forma abrupta.
Cuando funciona, funciona bien, pero estás sometido a una aleatoriedad que hace que la experiencia de uso del teléfono chino se vea totalmente lastrada.
Y las cámaras…
Es cierto que realme nunca ha destacado por su apartado fotográfico, pero cuando te compras un móvil que onda los 500 euros, pretendes conseguir grandes escenas en la mayoría de situaciones. Y la realidad es que esto será así siempre que la luz que te acompaña sea perfecta, pero en lugares en sombra o de noche, va a costar dios y ayuda sacar fotografías competentes.
Esto es especialmente insultante cuando en otros smartphones de la competencia, más baratos, se consiguen mejores resultados pese a contar con sensores ligeramente inferiores. De nuevo ,el software, haciendo de las suyas en esta ocasión.
Me fastidia mucho tener que renunciar a una marca que desarrolla unos móviles con tan buena relación calidad-precio y que son tan, pero tan bonito, pero al final, la belleza es efímera, y cuando nos quedamos con el interior, descubrimos lo que tenemos.