La nueva directiva europea sobre el derecho a reparar es un avance significativo para promover un consumo más responsable y ecológico y está a punto de revolucionar la vida útil de nuestros dispositivos tecnológicos. Y, por supuesto, el smartphone está incluido.
A partir de ahora, si se aprueba definitivamente la ley, los consumidores tendrán la posibilidad de comprar electrodomésticos y móviles que se puedan reparar fácilmente, en lugar de tener que reemplazarlos cuando se estropeen. Esto supone un cambio de paradigma en el mercado de los aparatos eléctricos, que hasta ahora favorecía el modelo de usar y tirar.
La directiva establece que los fabricantes de teléfonos, entre otros, deben ofrecer opciones de reparación a los consumidores durante el período de garantía, que se amplía a 12 meses adicionales después de la reparación. Además, deben facilitar información sobre la durabilidad, el coste y la disponibilidad de las piezas de repuesto, así como sobre las condiciones y el plazo de las reparaciones. Todo ello se hará mediante un formulario europeo estandarizado, que garantiza la transparencia y la comparabilidad entre los diferentes productos y servicios.
Esta directiva es mucho más ambiciosa que la normativa actual en España, que solo ofrece 3 meses (excepto en Cantabria y Cataluña) de garantía en los productos reparados. Con esta nueva regulación europea, España tendrá que adaptarse y mejorar sus estándares de calidad y protección al consumidor.
Todo para beneficiar al planeta
Además, para ayudar a los consumidores a encontrar opciones de reparación cerca de su domicilio, se creará un portal europeo que recogerá información sobre talleres, tiendas de reacondicionamiento, compradores de artículos defectuosos y otras iniciativas como cafés de reparación o bancos de tiempo.
Con esta medida, la Unión Europea da un paso adelante en acabar con la obsolescencia programada y propone reducir el consumo de recursos y minimizar el impacto ambiental de los productos. Al mismo tiempo, se beneficia a los consumidores, que podrán ahorrar dinero al reparar sus móviles y alargar la vida útil de los mismos.
La reforma, pendiente aún de la aprobación del pleno de la Eurocámara y del Consejo para convertirse en ley, tiene como finalidad fomentar la opción de la reparación, y exigirá a las empresas fabricantes que realicen las reparaciones necesarias ‘en un plazo razonable’ y, si no son gratuitas, también a un ‘precio razonable’.
De esta forma, cualquiera de nosotros podrá escoger entre la reparación y la sustitución de su smartphone defectuoso dentro del periodo de responsabilidad incluido en la garantía. Si se elige la reparación del móvil, el periodo de responsabilidad de la empresa vendedora se extenderá en 12 meses desde el momento en que el producto se ajuste a lo pactado, aunque cada país podrá decidir alargar más ese plazo adicional de un año.
La norma establece, además, que quien opte por la reparación tendrá derecho a recibir un dispositivo de reemplazo prestado mientras se soluciona el problema del suyo o a elegir una unidad restaurada como alternativa.
Todo ello cambiaría la forma en la que usamos y reparamos nuestros smartphones en la segunda mitad del año.