Las tarjetas SIM son un elemento imprescindible para poder utilizar nuestro móvil y que llevamos viendo desde hace mucho. Esta almacena de forma segura nuestro número de teléfono asociándolo a una operadora concreta que nos proporciona sus servicios.
Aunque son muchos los usuarios que, cada vez más, se preguntan por qué seguimos usando tarjetas SIM físicas cuando existen alternativas integradas directamente en el dispositivo como son las eSIM. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, puesto que cada una tiene sus ventajas y desventajas.
Qué información contiene
Las tarjetas SIM guardan en su interior datos de gran relevancia relacionados con el número de teléfono, los contactos e información de la operadora y de la facturación.
También incluye el código numérico del país de donde provenga, el IMEI y el estado de la tarjeta. Asimismo, algunos medios afirman que contiene información privada como cuentas bancarias. De ahí que los hackers intenten acceder a ella.
Al fin y al cabo, esta tarjeta es solo una forma de identificar al usuario y que este tenga acceso a las redes GSM.
¿Es mejor una eSIM?
Como hemos mencionado al inicio cada una tiene sus pros y contras. Por lo que no hay una opción del todo clara. Las tarjetas SIM siguen utilizándose puesto que guardan ciertas ventajas frente a las eSIM, principalmente se debe a temas relacionados con la accesibilidad de los móviles. Es decir, es cómodo para todas las personas y nos permite transferir datos con solo cambiar la tarjeta de terminal.
El hecho de que la tarjeta SIM sea extraíble conlleva que pueda reutilizarse en un terminal diferente, aunque esto puede provocar que el dispositivo no la reconozca. Mientras que, en el caso de la eSIM no ocurre igual. Para transferir nuestros datos en este caso tendríamos que acceder a la nube para descargarlos. Por lo que si, casualmente, no contamos con una copia de seguridad del teléfono podríamos perder toda la información. Esto también supondría un problema para las personas de avanzada edad, ya que conllevarían procesos bastante complejos para ellos.
En esta misma línea, si nuestro teléfono se quedase sin batería podríamos integrar la SIM en otro dispositivo móvil para poder hacer uso de él. Una facultad totalmente imposible con una eSIM.
Aunque en otros aspectos sí que es preferible utilizar una eSIM debido a la seguridad extra que proporciona. Esta es mucho más difícil de hackear, puesto que los ciberdelincuentes tienen que pasar un proceso de seguridad para adentrarse en los datos de nuestro terminal. Si utilizamos una corriente los hackers podrían tener acceso a todos ellos solo con un texto de recuperación de contraseña.
Que sea física también puede traer problemas de desgaste y deterioro, aunque esto no es lo habitual, ya que si se encuentra dentro del móvil difícilmente sufrirá algún rasguño. A no ser que seas propenso a dejar hacer el dispositivo.