¿Qué sería de nuestro teléfono sin la tarjeta SIM? Prácticamente estaríamos destinados al ostracismo. Por suerte, una vez que se introduce en el móvil no hay que extraerla para casi nada. Esto puede provocar que olvidemos el tipo que utilizamos, porque sí, hay varias y distintas.
Con el paso del tiempo no solo evoluciona la tecnología de los smartphones, sino también su diseño. Cada vez son más finos, lo que conlleva que la distribución interna de sus componentes debe ser exacta. Este hecho implica que el tamaño de la tarjeta deba reducirse, lo que ha derivado en ciertas tipologías.
Qué es la tarjeta SIM
En resumidas cuentas, la tarjeta SIM reúne información fundamental para el móvil, como el número y la operadora. De este modo, el terminal puede funcionar correctamente con base a los parámetros otorgados por la empresa en cuestión.
Es necesario destacar que estos datos y el resto que almacena se encuentran totalmente seguros. Difícilmente una persona externa podría logra acceso a ella, a no ser que se haga con el código ICC que se halla en ella. Esta además puede bloquearse si no se acierta el PIN correctamente, pero desbloquear la tarjeta SIM es posible de muchas formas.
El chip dispone de ocho contactos eléctricos que se encargan de transferir los datos necesarios al smartphone. Hoy en día la mayoría suelen ofrecer una capacidad de 128 KB, pero pueden alcanzar hasta los 512 KB. Puede parecer poco, pero es el almacenamiento suficiente para contener información básica.
Tipologías de tarjeta SIM
La evolución de las tarjetas SIM se ha traducido en una disminución de su tamaño hasta alcanzar unas dimensiones mínimas. Si dispones de un teléfono actual lo más seguro es que sus proporciones solo se limiten al chip, pero para entenderlo mejor vamos a ver cada uno de los tipos de manera específica. Y, si estás harto de poner el PIN de la SIM, siempre puedes quitar su bloqueo, dando igual el modelo que use tu smartphone:
SIM
Resulta casi imposible ver hoy en día una tarjeta SIM clásica debido a su gran tamaño. Son tan raras que en un gran número de ocasiones ya no suelen incluirse en las clasificaciones. Su formato era muy similar al de una tarjeta de crédito, puesto que alcanzaba un alto de 33 mm y un ancho de 66 mm. Por no hablar de su pequeña capacidad que solo permitía almacenar unos 20 contactos.
MiniSIM
Por muy sorprendente que parezca, las tarjetas miniSIM son la SIM que todo el mundo conoce en realidad. Es el estándar que se empleaba para los primeros teléfonos que llegaron al mercado y sus dimensiones eran de 15 x 25 mm. Obviamente, la posibilidad para guardar contactos o mensajes era mayor que el anterior.
MicroSIM
Esta clase de tarjeta SIM entró en vigor en el año 2010 de la mano del iPhone 4, que fue el primero en estrenar este nuevo tipo. Se volvió a experimentar una reducción considerable de sus proporciones hasta alcanzar los 12 x 15 milímetros. Esto permitió a los fabricantes obtener una mayor cantidad de espacio que destinar a otros componentes.
NanoSIM
Apple también fue la pionera con la NanoSIM en 2012 con su iPhone 5. El minimalismo es una tendencia que se extrapola a todos los apartados y es por ello por lo que su tamaño es de tan solo 12 x 9 milímetros.
eSIM
Se trata de una versión virtual de la tarjeta. De esta forma, se integraría dentro del terminal para evitar cualquier tipo de problema y aumentar drásticamente su seguridad. Como de costumbre, ha sido la compañía estadounidense la que ha desarrollado esta tecnología que pretende establecerse en un futuro.