Nuestros móviles se han convertido en auténticos ordenadores de bolsillo donde llevamos prácticamente toda nuestra vida metida dentro. Y para protegerla siempre es recomendable utilizar algunos de los métodos que ponen a nuestra disposición los fabricantes. Los más utilizados y comunes son el patrón, el pin y la huella, nos preguntamos cuál es el más recomendable.
Son muchos los factores que influyen en la elección de un tipo de protección u otra, además de las propias limitaciones que tiene cada teléfono, para considerar que uno es más seguro que otro, también tiene que ver el entorno en el que lo utilicemos.
La huella, el método más seguro
Tanto el patrón como el pin son métodos seguros, pero no tanto como lo es la huella. El problema reside siempre en nuestro entorno, en las personas que se encuentran a nuestro alrededor cuando estamos introduciendo el PIN o el patrón. Es sencillo que una persona si está cerca de nosotros, e incluso se encuentra algo más elevada, incluso a nuestro lado, pueda ver sin ningún problema las teclas que pulsamos al introducir el pin, o el patrón que dibujamos en la pantalla, que no dejan de ser también puntos perfectamente reconocibles y que pueden memorizarse si estamos empeñados en ello.
La huella sin embargo, es segura independientemente del entorno donde la utilicemos, y lo es así por razones obvias y evidentes. Ya que salvo que alguien nos corte el dedo o haga un minucioso trabajo de clonado de nuestra huella, algo remoto si no somos personas que alberguemos una gran fortuna de dinero o documentos muy valiosos en el terminal. Por tanto, es evidente que lo más seguro en todos los casos, en todas las situaciones, es la huella, porque nos garantizamos que nadie más pueda reproducirlo, ni nosotros podríamos hacerlo, clonar nuestra huella. Aunque hay que decir que los lectores de huellas no están exentos de problemas.
El patrón y el pin también pueden ser útiles
Con esto no estamos diciendo que no sea seguro utilizar el patrón o el pin, pero es evidente que si lo comparamos con la huella, salimos perdiendo. Ahora bien, hay casos en los que puede ser una buena opción, de hecho durante mucho tiempo ha sido el método más extendido, no solo si nuestro móvil no tiene lector de huellas, sino también si el uso que hacemos del teléfono nos asegura cierta privacidad a la hora de acceder al teléfono. Si pasamos mucho tiempo en casa, y con personas de confianza a nuestro alrededor, es una buena elección utilizar el pin o el patrón. Además siempre podemos personalizar el pin para hacer más sencillo y personal su uso.
Otra situación en la que puede ser muy útil utilizar estos métodos, es cuando vestimos con guantes, o tenemos las manos mojadas, en esos casos los lectores de huellas fallan, y puede ser algo complicado que el teléfono nos identifique correctamente. Por tanto como podéis comprobar, no solo se trata de la propia naturaleza del método de protección, sino también del entorno en el que lo utilizamos, lo que convierte a uno u otro en el idóneo para utilizar en nuestro teléfono.