Comprarse un móvil nuevo no es algo que hagamos todos los días, pero más o menos entre el segundo o tercer año de vida de estos es cuando solemos cambiarlo por uno nuevo. En lo más alto de las gamas se encuentran los móviles con cuerpos de cristal, que le dan un toque muy premium al terminal, pero que también suponen un gran riesgo.
Comprar un móvil de estas características es algo que sin duda agrada a muchos consumidores, porque los teléfonos con cuerpo de cristal tienen un aspecto increíble, pero también tienen muchos puntos en contra.
Una mala actualización puede romperlo
Quizás sea uno de los factores más importantes a tener en cuenta cuando se trata de comprarse un móvil nuevo con un cuerpo de cristal. Este normalmente suele recubrir la parte trasera del teléfono, y como todo cristal, es muy vulnerable a las temperaturas extremas. Y no hablamos de que un día de verano hagan 40 grados y por ello se vaya a quebrar el cristal, que puede pasar, sino que la propia temperatura del teléfono puede contribuir a ello.
Una mala actualización de software puede llevar a que tu teléfono se caliente más de la cuenta, y esto podría perfectamente romper el cristal trasero del teléfono por algún punto en concreto, lo que se extendería rápidamente al resto de la parte trasera en forma de grietas. Por eso hay que tener en cuenta que este tipo de móviles pueden fracturarse fácilmente cuando hay cambios bruscos de temperatura. Pero mientras que podemos controlar si el teléfono se expone a más o menos calor ambiental, sobre lo que no tenemos tanto control es precisamente la propia temperatura del teléfono, que gracias al software puede elevarse de forma repentina y romper el cristal.
Si eres aficionado a instalar en tu móvil versiones beta y tempranas del sistema operativo, debes tener en cuenta que tienes muchas más posibilidades de sufrir una de estas repentinas subidas de la temperatura, que pueden terminar en siniestro total para el cristal de tu teléfono. Incluso ha habido casos en los que la grieta del cristal se ha originado en la misma cámara de fotos, que en algunas ocasiones concretas puede llegar a calentarse mucho, sobre todo si grabamos a cámara lenta. Por lo que como podéis comprobar, cualquier detalle, por mínimo que pueda parecer, puede contribuir a evitar futuros problemas en el cristal del teléfono.
Especialmente frágiles
Aunque se suele tratar de cristales templados, la trasera de los móviles de este tipo suele ser vulnerable a los golpes, sobre todo a las caídas. Aunque una buena funda puede proteger al cristal de romperse, en la mayoría de los casos nada vamos a poder hacer por el cristal si la caída es de cierta importancia. Incluso dejarlo sobre una superficie con cierta arenilla o polvo puede ser fatal para el cuerpo de cristal, porque, aunque a priori no pueda apreciarse.
Un leve rayón de estos fragmentos puede originar una brecha imperceptible que más adelante terminará por quebrar, y no por un golpe, sino por factores como el que os hemos dicho antes, los simples cambios de temperatura. Por esa razón es imprescindible no solo usar una funda para el teléfono, sino que esta además tenga un especial rugerizado y mucho material absorbente para poder evitar daños en el cristal.