A veces los problemas de los pagos móviles no se encuentran en el propio smartphone, sino en algunos errores que solemos cometer cuando hacemos pagos con esta tecnología.
Por eso, te comentamos algunos de los fallos más frecuentes para que los evites y empieces a disfrutar de verdad de la experiencia de un pago cómodo y seguro con tu smartphone.
Quitar el NFC porque piensas que no es seguro
Uno de los errores más comunes es quitar el NFC porque piensas que la tecnología no es lo suficientemente segura cuando sí que lo es. Por eso, puede que si encuentras problemas se deba a que este se encuentra apagado y no te has acordado de activarlo.
La NFC es una tecnología muy segura, de hecho, para que se dé el pago tienes que mantener una distancia adecuada con el datáfono, por lo que es poco probable que hagas un pago sin querer. El rango de distancia es demasiado corto como para que esto suceda.
Usar una funda muy gruesa
Si utilizas una funda demasiado gruesa, puede que esta afecte a los pagos con el móvil al impedir que se reconozca el datáfono o la etiqueta, así que en este caso lo que debes hacer es buscar otra o quitarla cuando vayas a utilizar el móvil para este fin.
Lo más cómodo a largo plazo va a ser pensar en una nueva funda segura, a medida y con unas dimensiones razonables. Así que, si la que tienes te gusta porque te parece muy chula, pero te afecta a este nivel, ve buscando una parecida que no interfiera en la conexión NFC.
Golpear el móvil con el datáfono
Una de las acciones más frecuentes al utilizar el móvil para hacer pagos es golpear el móvil con el datáfono cuando solo hay que acercarlo. Eso sí, en el ángulo correcto para que se procese correctamente.
Aunque para que se complete la transacción es necesario que esté muy cerca del medio de pago, esto no quiere decir que haya que tocarlo o darle un golpe. Quizá nos hayamos acostumbrado a otras formas de pago, pero la tecnología es sin contacto.
La tarjeta está caducada o no tiene fondos
Aunque hagas la transacción con el móvil, lo que estás usando no deja de ser una tarjeta. Puede que por la comodidad te descuides totalmente y la tarjeta acabe venciendo sin que te enteres. También puede ser que haya sido dada de baja o haya algún error con ella.
En otros casos, lo que pasa es que te quedas sin dinero en la cuenta sin darte cuenta y por eso no puedes completar la transacción. Por eso, debemos tener en cuenta todos estos detalles de vez en cuando para no quedarnos ‘colgados’ en alguna compra.
También puede ser que la aplicación o el método de pago no sea compatible con nuestra entidad bancaria. En la actualidad son muchas que lo permiten, pero si es la primera vez que lo usas y no te va, esta podría ser la razón. Podría darse en este caso además el problema de que no hayamos configurado bien nuestra cuenta o hemos escrito mal los números de la tarjeta.