Desde que Xiaomi llegó a nuestras vidas y a nuestras manos en forma de móviles, un aspecto ha dado mucho que hablar; sus bajos precios. No cabe duda que este es un destacado motivo de compra y eso pone en serios apuros a la competencia al no poder ofrecer siempre lo que ofrece el gigante Chino.
Aunque ahora se ha podido percibir un ligero aumento en los precios, siguen disfrutando de smartphones con una relación calidad precio ante la que resulta difícil decir que no. Esta estrategia no es fruto de un día, sino que conlleva detrás una organización y decisiones complejas. Para averiguar todo lo que ha hecho Xiaomi para conseguir unos precios tan bajos, debemos remontarnos a sus orígenes, a su gran crecimiento y en la actualidad a su modelo de mercado.
La filosofía para competir contra tiburones
Desde el primer Xiaomi Mi 1, la compañía dejó claro que su intención era la de llegar a muchos usuarios con unos precios muy atractivos o funciones interesantes en MIUI y esa idea ha sido la que les ha acompañado durante todo este tiempo. Una estrategia de mercado para hacer frente a las grandes marcas de móviles como son Samsung o Apple y observando los resultados de ventas, podemos confirmar que la jugada les ha salido bien.
Nacer en 2010 y llegar a lo más alto en apenas 10 años no es tarea fácil y Xiaomi puede presumir de ello. Las gigantescas marcas de móviles que ya estaban en todo lo alto y lanzaban a la vez sus revolucionarios smartphones tienen muchas más capacidades que la pequeña Xiaomi para hacerse notar. Así fue durante varios años, hasta que el interés por Xiaomi rompió barreras y salió de China e incluso de Asia para colarse en Europa.
El margen de beneficio es clave
No es un secreto que Xiaomi vende más barato en parte gracias a que sus beneficios son más pequeños con respecto a la competencia. Al menos eso ocurría hasta hace poco, pues en varias declaraciones su CEO, Lei Jun ha explicado que ello obtiene un margen de beneficio que ronda apenas un 8%. Estos datos contrastan ampliamente con lo que podemos ver en otras marcas.
A pesar de que obtiene ese pequeño porcentaje de ganancias, le es suficiente para seguir invirtiendo en desarrollo, empleo y maquinaria, entre los otros muchos gastos presentes de la mano de un destacado volumen de ventas. Cuando Xiaomi fabrican un terminal, lo hace a sabiendas de que venderá millones de unidades de forma prácticamente segura y por lo tanto puede jugar más con los precios.
Vías de inversión diferentes para ahorrar
Tampoco podemos olvidar las claves que permiten a Xiaomi evitar costes innecesarios. De esta manera ese dinero puede dedicarse a otros aspectos sin tener que volverlos a reinvertir para seguir generando valor. El primero de los aspectos se basa en las patentes, pues Xiaomi no es tan habitual en este sector, algo que se repite en publicidad. Las grandes campañas de publicidad van firmadas habitualmente por Samsung, OPPO y Apple, pero Xiaomi sin embargo se decanta por actuaciones más discretas.
El medio online fue el que le abrió las puertas y sigue optando por esa idea en muchas ocasiones. La venta a través de internet resulta más factible a la marca por no tener que pasar por tantos intermediarios y poder realizar la venta ella misma, estrategia que vio la luz en el gran «boom» de Xiaomi y que ahora sigue muy presente.
Las cosas están cambiando en Xiaomi
Muchas de esas ideas que hemos visto se están deformando y adaptándose a la nueva Xiaomi, donde comenzamos a ver cómo al menos la marca «Xiaomi» sube los precios mientras que los Redmi y Poco se han quedado para mantener la esencia. Ahora Xiaomi se atreve a vender a través de operadoras y más puntos de venta externos, además de sus propias tiendas físicas, lo que acarrea unos costes. También representa una mayor inversión en software con más opciones de seguridad en MIUI y mejores actualizaciones. Veremos dónde nos lleva todo esto y si algún día Xiaomi nos hace olvidar esa idea de que sus móviles son muy baratos.