Parece que este año va a ser el que por fin se ponga en común lo que hacer con los niños, los móviles y los colegios. Todos sabemos que el smartphone es una herramienta tan imprescindible a día de hoy, como peligrosa para la atención de los más jóvenes. Por eso, en Europa, se está comenzando a legislar el uso de estos dispositivos en las aulas.
Sin ir más lejos, hace unas horas Anna Simó, se reúna en Madrid con la ministra Pilar Alegría y el resto de consejeros para tratar la regulación que, a nivel ministerial, tratará de frenar el uso de los teléfonos dentro de las clases de nuestros colegios. Pero no hablamos de una regulación en forma de ley, sino de un conjunto de puntos en común que permita al Ministerio de Educación emitir unas directrices a las comunidades sobre las que trabajar.
Pues no ha habido que esperar demasiado para ver como Cataluña ha sido una de las primeras comunidades de España en legislar al respecto del uso del móvil en los colegios. Hoy martes, en el Consell Executiu, se pretende aprobar la normativa que prohibirá a los alumnos con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años usar sus móviles personales en el aula. Y para los más mayores, hasta los 16 años, se limitará su uso.
Esta norma será de inmediata aplicación por las direcciones escolares para que lo adaten y lo tendrán que incorporar en su normativa interna a partir del siguiente curso, el 2024-25. Puesto que entraría en vigor en unos meses, todavía estamos a tiempo para que el resto de comunidades autónomas de la península ibérica hagan lo propio y apliquen normas parecidas en los colegios españoles.
Diferentes prohibiciones
Como decimos, en primaria el smartphone estará prohibido y en secundaria limitado. Esto quiere decir que los menores de 12 años tendrán que dejar el móvil en casa, mientras que los niños de 12 a 16 años, sí que podrán llevarlo, bajo el compromiso de mantenerlo apagado, a menos que el profesor se lo indique para llevar a cabo alguna tarea académica.
Actualmente, el 53% de los colegios e institutos catalanes ya han puesto en práctica alguna medida de este tipo, pero desde el curso 2024-25, será de obligado cumplimiento para todos. Todo ello con el fin de acabar con los muchos perjuicios que tiene el uso del móvil en clase para los niños, como estos:
- Distrae la atención: El uso del móvil en clase puede distraer la atención de los niños, tanto del profesor como de las actividades que se realizan y afectar a su rendimiento académico, su concentración y su memoria.
- Reduce la interacción con los compañeros: Estar todo el rato con el smartphone en el colegio puede reducir la interacción social de los niños, al sustituir la comunicación cara a cara por la virtual y afectar de forma negativa a su desarrollo emocional y social.
- Aumenta el riesgo de adicción: Usar el smartphone a todas horas, en casa o en el colegio, puede aumentar el riesgo de adicción al dispositivo, al generar una dependencia constante de estar conectado, provocando estrés, ansiedad, insomnio, sedentarismo o problemas visuales.
De aquí en adelante, como hemos dicho, la pelota cae en el Ministerio de Educación para tratar de imponer una norma común y en el resto de comunidades que ya comienzan a implantar obligaciones similares tras el auge de apps como TikTok, de las más usadas entre los menores de edad.