Las pulseras inteligentes se han convertido en un accesorio cada vez más popular en el mundo tecnológico. Quién más y quién menos tiene o un reloj inteligente o una smartband que usa para hacer deporte, para replicar las notificaciones del móvil o para medir el sueño, entre otras cosas.
Sin embargo, como con cualquier tecnología, las pulseras y los relojes inteligentes tienen sus fallos. Y no hablamos de problemas de configuración, o algún error de hardware. Hablamos de problemas que presentan estos dispositivos wearabales aunque todo lo tengamos configurado de la forma correcta.
Fallos desesperantes de los wearables
Si juntamos las críticas de los usuarios con nuestras propias experiencias, es fácil encontrar cuáles son los principales fallos de estos dispositivos, que en más de una ocasión pueden llegar a desesperarnos.
Fallos en la precisión de los datos de seguimiento
Una de las características principales de las pulseras inteligentes es su capacidad para rastrear la actividad física y monitorear la salud. Sin embargo, la precisión de estos datos puede ser cuestionable en muchas ocasiones.
Por ejemplo, la pulsera puede contar pasos incluso cuando el usuario está sentado, lo que hace que los datos de actividad física sean inexactos. Además, la medición de la frecuencia cardíaca también puede ser poco precisa, lo que puede ser especialmente preocupante para aquellos que dependen de la pulsera para monitorear su salud.
Problemas de conectividad
Las pulseras inteligentes se conectan a través de Bluetooth a nuestro móvil, sin mayor dificultad. El problema aparte cuando, a veces, la conexión puede ser poco estable, lo que resulta en una interrupción de las notificaciones y los datos de seguimiento.
Esto es especialmente frustrante cuando dependemos, y confiamos, en la pulsera para recibir notificaciones importantes cuando, por ejemplo, tenemos el smartphone en silencio.
Duración de la batería
La duración de la batería de los smartwatch y las smartband puede ser un problema para algunos usuarios. Si bien la mayoría de las pulseras inteligentes tienen una duración de batería de varios días, esto puede disminuir con el uso continuo y las funciones adicionales. A esto le sumamos que, a veces, el porcentaje de autonomía puede pasar de 20 a 0 sin que hagamos nada en apenas unos minutos.
Además, algunas pulseras inteligentes requieren cargadores específicos, lo que puede ser inconveniente si el usuario necesita cargar la pulsera mientras está fuera de casa.
A veces son incómodas
Otra de las principales quejas en torno a estos dispositivos es que algunas pulseras y algunos relojes pueden ser voluminosos y pesados, lo que puede hacer que el usuario se sienta incómodo durante todo el día.
Todo ello sin contar, además, que algunas de las correas de nuestros dispositivos wearables pueden causar irritación en la piel, especialmente si se usan durante largos períodos de tiempo. Incluso, si tienes vello en la zona de la muñeca, a veces te podrás llevar un pequeño tirón, en función de la correa que uses.
Modos que se activan por arte de magia
En muchas ocasiones vas a encontrarte con que, sin tocar nada, se ha habilitado una determinada función de tu pulsera o reloj, como puede ser la medición de la actividad deportiva, la alarma, o el modo No molestar.
A veces esto sucede porque pulsamos sin querer alguna de las opciones del wearable, pero lo cierto es que a veces también se activan sin que el usuario toque nada. Ni adrede ni por accidente.