Cuando se trata de hablar de wearables, es evidente que Amazfit es una de las marcas más destacadas del mercado. No hay más que ver la expectación que generan entre quienes buscan buenos relojes y pulseras a precios ajustados. Y una de las señas de identidad de muchos de sus relojes es su autonomía, que en muchos casos puede llegar a ser de casi un mes.
Un smartwatch de última generación, con las mejores prestaciones posibles y visualización de notificaciones, no nos da más allá de dos días de autonomía en el mejor de los casos. Pero hay muchos Amazfit que multiplican por diez o más esa autonomía, algo que sin duda es una de sus principales ventajas, además de su facilidad de uso. Y hay una razón de peso para ello.
La tecnología de pantalla, clave
Cuando hablamos de autonomía, uno de los aspectos que más influye en ella, si no el que más, es la pantalla, sobre todo cuando hablamos de un wearable como un reloj. Una pantalla OLED de última generación, con tanta calidad como la de un móvil, es capaz de acabar con la batería en menos de 24 horas, pero la tecnología que usan muchos relojes de Amazfit, como los Bip, permite todo lo contrario, mostrar mucha información en ella, incluso de forma continua, alargando la autonomía hasta 20 días o un mes.
Hablamos de la tecnología de pantalla transflectiva. Esta tecnología permite disfrutar de unas pantallas con algo menos de calidad, menos resolución, pero con unas propiedades perfectas ser utilizadas en un wearable. Y es que esta tecnología de pantalla tiene dos ventajas principales, que explican el éxito de estos relojes de la marca china, y de otros dispositivos que utilizan también esta tecnología para su pantalla. El primero de ellos es la propia naturaleza del panel de pantalla, que permite disfrutar de un brillo espectacular incluso cuando incide la luz del sol sobre ella.
Se ve mejor a plena luz del sol
Incluso podemos decir que la pantalla se ve mejor cuando incide esta luz sobre ella, algo que no ocurre por ejemplo con una pantalla OLED tanto en un móvil como en un reloj. Y la diferencia es que las pantallas transflectivas pueden reflejar la luz del sol, por lo que no necesitan una retroiluminación para que se vean bien. Mientras que en los relojes con pantallas OLED es el brillo, la luz detrás de la pantalla que puede emitir el panel, el que determina la forma en la que se puede ver bien la pantalla al sol, en este caso es el propio panel el que con la tecnología transflectiva puede reflejar la luz del sol para que precisamente se vea mejor todo en la pantalla.
Y claro, la principal razón por la que además de esto conseguimos que tenga tanta autonomía, es que el consumo de estas pantallas es similar a la de las de tinta electrónica, aunque lógicamente no son tan eficientes como estas, pero infinitamente más que un panel OLED. Por tanto la jugada de Amazfit con estos relojes es maestra, ya que gracias a la tecnología transflectiva pueden ofrecer completas pantallas a todo color, con modalidad Always On, y que además no consumen casi nada de energía, por lo que no puede ser mejor el balance final.