Las cámaras de los teléfonos móviles de alta gama están llegando a tal punto de calidad que ciertamente, muchos profesionales ya se están decantando por el uso de estas en lugar de otras más profesionales. Más compactas, cada vez con más opciones y con una mayor personalización. Pero a ciencia cierta, ¿qué diferencia una cámara réflex profesional de un móvil de alta gama?
Salvando las obviedades como que la cámara es simplemente para hacer fotos y el móvil sirve para otras cuestiones mucho más variadas como llamar, usar las redes sociales y otras cuestiones que todos conocemos, si nos centramos solo en la cámara, en su calidad, hay mucho que los acerca.
Más similitudes de las que creemos
Si nos hubiéramos hecho esta pregunta hace tan solo 5 años, la respuesta habría sido rápida y taxativa. No, no hay similitudes, el móvil no puede igualar a lo que encontramos en una cámara réflex. Sin embargo, en la actualidad, con nuevas tecnologías o asociaciones con grandes fabricantes, nos encontramos con grandes cámaras en el mercado. iPhone 14 Pro, Xiaomi 13 Ultra o Samsung Galaxy S23 Ultra son simplemente una muestra de hasta dónde han llegado los móviles.
Al ojo normal (que no el fotográfico), los móviles de este tipo pueden hacer fotos que ciertamente nada tienen que envidiar a una cámara réflex. De manera habitual, las fotos que realizamos son de una calidad magnífica en los móviles de alta gama y si comparamos con una misma toma, ambas en modo automático, obtendremos unas fotos muy parecidas entre ellas.
Una de las cuestiones que ha ayudado sobre todo a que existan muchas similitudes es el hecho de poder realizar fotos en formato RAW. Esto quiere decir que las fotos van a quedar hechas con una mayor cantidad de detalles, por lo que luego a la hora de editarlas, será mucho más sencillo. Esto es una de las últimas mejoras que se han incluido en los teléfonos móviles y que están acercando a los alta gama a las cámaras de réflex.
Las diferencias siguen estando ahí
Los problemas llegan, claro está, cuando entramos en las comparaciones de manera profesional e intentando ir al dedillo y al mínimo detalle. Justo es ahí donde a los móviles se les ve las costuras. En los primeros casos, nos encontramos con los ajustes, que por supuesto, en la cámara contamos con una serie de configuraciones y ajustes que nos permiten ser los dueños de lo que veremos en la foto. Es el caso del ISO, el balance de blancos o la apertura del obturador, que sobre todo en condiciones de baja luminosidad, ayuda bastante a que la cámara saque la mejor foto.
En el móvil, por su parte, la inteligencia artificial, el sensor y el software hacen mucho con el resultado final. Aún así, ambos resultados siguen siendo muy buenos. Sí que es cierto que hay apps que pueden llevar a cabo estos ajustes, pero también es cierto que no será con la misma precisión que una réflex.
Dónde quizás podamos llegar a notar estas diferencias pero en este caso, para ver cómo la calidad del móvil sube de manera exponencial es a la hora de llevar a cabo la grabación de vídeos. Sobre todo en teléfonos como los iPhone, con el modo Cine o el ProRes, la calidad de los vídeos es absolutamente maravillosa. Sí que es cierto que si contamos con cámaras profesionales que estén especializadas en vídeo, nos van a ganar, pero también hemos de contar con que esas cámaras especializadas son mucho más caras y por lo tanto, tienen una mejor tecnología.