Una vez más, tus impuestos se dedican a comprar iPhone 14 Pro para nuestros políticos
¿Es justo que los senadores reciban cada año un nuevo iPhone y un iPad? Da igual que lo sea o no, siempre va a ser así porque es lo que tienen establecido para el desempeño de su cargo. Cada senador y diputado recibe un kit con lo necesario para el ejercicio de su cargo y eso implica, como ya sabemos, usar un teléfono y una tablet de última generación de Apple.
Concretamente, este año, según Newtral, cada político ha recibido un kit compuesto por un maletín que contiene, ojo al dato, ‘un ejemplar de la Constitución, el reglamento y guía de funcionamiento de cada Cámara correspondiente, además de la documentación necesaria para cumplir con su cargo de parlamentario. A su vez, incluye un equipamiento tecnológico que consta de un móvil iPhone modelo 14 pro y un iPad Pro de 11 pulgadas’.
Eso sí, este kit es para todos los nuevos políticos que llegan al Senado, y no para los antiguos, los cuales pueden mantener sus equipos de legislaturas pasadas. Quienes abandonen el cargo, podrán quedarse con sus iPhone, pero deberán pagar 84,86 euros en el caso de que todavía tengan el iPhone 8 (un precio muy por debajo de mercado) que se entregó a comienzo de legislatura o 1.470,13 si tenían el iPhone 14 Pro Max, en el caso de los modelos más caros. En el caso de los iPads deben abonar 149,82 euros.
¿Por qué no comprar modelos más baratos?
Esta es la pregunta que muchos ciudadanos se hacen al conocer que el Senado de España renueva cada año los dispositivos móviles de sus miembros con los últimos modelo de Apple, y los más caros. Según el portal de transparencia del Senado, el gasto total en estos equipos ha sido de 1.137.400 euros, lo que supone un aumento del 15% respecto al año anterior.
La polémica no es nueva, ya que cada año que se renuevan los teléfonos y las tabletas de sus senadores, los ciudadanos ponen el grito en el cielo. Es cierto que los equipos de Apple se han convertido en una herramienta de trabajo imprescindible para el desempeño de sus funciones, y que se busca garantizar la seguridad y la eficiencia de las comunicaciones. Además, algunas de las apps de votación a distancia y otras que se usan en el Senado solo funcionan en iOS.
Sin embargo, muchos ciudadanos consideran que se trata de un privilegio injustificado y un derroche de dinero público, sobre todo en un contexto de crisis económica y social provocada por la inflación. ¿Acaso no se puede trabajar con un iPhone algo más barato, como el SE?
En el pasado, algunos senadores han intentado justificar la renovación de los dispositivos, alegando que los anteriores ya estaban obsoletos o que los donarán a alguna entidad benéfica. Otros, en cambio, han mostrado su disconformidad con la medida y han renunciado a recibir los nuevos equipos, o han anunciado que los devolverán o los pagarán de su bolsillo.
Además del Senado y el Congreso, el Tribunal Constitucional, el Consejo General del Poder Judicial o el Defensor del Pueblo son otros organismos que también suelen renovar sus equipos móviles, aunque con menor frecuencia o con modelos más económicos.