Llevamos unas semanas con ganas de contaros este lanzamiento. Y es que pudimos ir a probar antes de su lanzamiento NBA Infinite, el que no sólo es el juego oficial para móviles de la conocida competición de basket norteamericana, y que estará disponible el próximo 17 de febrero. Estas fueron nuestras sensaciones.
Lo mejor y primero que podemos decir es que llega para mirar de tú a tú sin contemplaciones a los dos iconos en este sentido dentro de los simuladores de baloncesto para móvil que se habían quedado bastante estancados, NBA Live de EA y NBA 2K de Take Two. Frente a estos dos, NBA Infinite de la mano de Level Infinite (que es una división, nada menos, que de Tencent… sí, los del PUBG Mobile, el gran rival de Fortnite para móviles) la duda que puede surgir es ¿aporta algo este tercero en discordia al panorama que dominaban dos marcas tan asentadas? Podemos decir que sí… y mucho, con una propuesta fresca y novedosa.
Un juego para «gourmets» del baloncesto
Ni que decir tiene que tenemos todas las estrellas de la NBA a nuestra disposición pero el planteamiento de NBA Infinite no es el de un juego «clásico» de baloncesto. Es decir, no elegimos un equipo y nos hacemos una temporada echando partidos a ver si logramos el anillo de campeones. Seleccionaremos una franquicia favorita, que marcará la equipación que llevamos, y haremos nuestro quinteto inicial que puede llegar a integrar cualquier jugador de cualquier equipo.
Como ya es habitual, el sistema de «cromos» es como iremos aumentando nuestras posibilidades de plantilla y, al mismo tiempo, podremos ir entrenando y mejorando nuestros jugadores para tener una escuadra cada vez más competitiva. Estos jugadores pueden ser tradeados y podemos ir fichando nuevas incorporaciones o intentar pillar al novato del año en el draft. También es posible marcar jugadores favoritos o pillar alguna oferta de alguno que esté con descuento. Todo esto dentro de un marketplace montado por los propios usuarios.
Pero además, tenemos las estadísticas y resultados del jugador enlazados a sus datos reales y a su evolución en la temporada de la NBA, por lo que si tenemos la suerte de tener al «rookie» del año que está haciendo el «temporadón» en la vida real, eso se verá reflejado en sus estadísticas del juego y en su valor. Es un componente de «liga fantástica» que nos ha gustado especialmente.
Enfocado a ser una leyenda del multiplayer
Y es que esta es la gran diferencia de NBA Infinite frente a sus competidores, que son más para juego en solitario. No en vano se nota la influencia de Tencent y su experiencia en los juegos masivos online este sentido. El juego está enfocado a enfrentar a nuestro quinteto con el de otros jugadores, tanto en los concursos de triples como en los partidos 3v3, 1v1 o 5v5 en el modo Team Infinite donde iremos compitiendo con jugadores y equipos de nuestro nivel. Y no hablamos de jugar de manera asíncrona con sus equipos, son partidos PvP en tiempo real, en los que tenemos que desplegar en los cuatro cuartos del partido nuestra destreza y aprovechar las cualidades de nuestros jugadores, pudiendo crear listas de amigos en los servidores para poder medirnos con ellos cuando queramos.
Con una curva muy accesible tanto si somos un novato en esto del basket como los más expertos pueden encontrar detalles que les llamen la atención. Todo el control es mediante botones táctiles y además del movimiento del jugador que tengamos activo, podemos también cambiar en tiempo real tanto las tácticas de ataque como de defensa, añadiendo así un componente táctico de primer nivel al juego.
Estas opciones, así como la mejora de jugadores, serán más o menos efectivas gracias a que también tenemos la posibilidad de contar con diferentes entrenadores en el trio técnico que está a pie de pista. Otro factor de simulación único frente a su competencia y con el añadido de comentaristas en directo de los partidos que han grabado para la ocasión sus voces… aunque en España no vamos a reconocerlos demasiado porque sólo están disponibles en inglés, brasileño/portigués, francés y alemán (Mark Jones, Rômulo Mendonça, Xavier Vaution y Michael Körner).
El único punto más criticable puede ser que sólo tenemos la opción de controles táctiles, no es compatible con ningún mando. Y nos tememos que no lo será ya que la variedad y el cambio de controles que aparecen en pantalla hace muy complicado que eso pueda estar mapeado en unos botones físicos de gamepad como el Razer Kishi o el Backbone, por citar un par de ellos.
Sensaciones con NBA Infinite
Pudimos probar durante algo más de una hora el juego y os podemos asegurar que lo que si que nos encantó es la capacidad que tiene de engancharte. No hay ningún tipo de sistema que pueda limitar el número de partidos al día o algo parecido. Evidentemente, siendo FreeToPlay tiene un componente de monetización a través de una serie de puntos que podemos gastar en el fichaje de jugadores y entrenadores así como invertirlos en la mejora de sus capacidades.
La forma de ir ganándolos es simple: gana partidos, completa misiones y eventos. Estos últimos son muchos y muy variados, lo que le da un aliciente al título para ir probando todas sus posibilidades pero sin perder la esencia de que aquí venimos a jugar y de que podrás echarte un «partidito» en cualquier momento sin pensar que tienes que esperar un tiempo a que se recargue nada. Junto a esto, al completar una serie de tareas también podemos acceder directamente a mejoras y jugadores por completarlas.
No podemos valorar en el tiempo que lo probamos la capacidad de progreso que habrá entre los que se gasten algo y los que no paguen nada, es un análisis que tendremos que ver a partir del próximo 17 de febrero. Pero en lo que si tuvimos entre manos, en lo jugable, el comentario más extendido era «es un juego de basket». Quizás le falte algo más «clásico» como un modo offline o la posibilidad de montar ligas o jugar playoffs, pero en lo que se centra, lo hace muy bien: buena jugabilidad, gráficos sobresalientes, un apartado de gestión y estrategia soberbio y un modelo de monetización, a priori, adecuado y bien ajustado para que no sea «obligatorio» pagar para ser competitivo.