Seguimos analizando en detalle el nuevo Sony Xperia S. En anteriores entregas nos centramos en la parte del diseño, materiales, calidad de los acabados y en la pantalla Mobile BRAVIA Engine de alta resolución. En esta tercera tanda de pruebas hemos querido comprobar cuál es el nivel de satisfacción que es capaz de proporcionar Android 2.3 Gingerbread en sintonía con el potente hardware. En general, hemos valorado punto por punto cómo es el Sony Xperia S en el día a día, que es lo que pasamos a relataros a continuación.
¿Cómo es la experiencia de usuario a los mandos del Sony Xperia S? Particular, aunque si estamos habituados a manejar teléfonos Android, el teléfono no tiene ningún misterio. El caso es que Sony ha sabido darle ese toque diferente sin desdibujar demasiado la interfaz original de Android. Aunque otros modelos de la marca ya disfrutan de Timescape, en este caso el resultado es más “fino” y la nipona lo ha conseguido con una capa realmente liviana que no es para nada intrusiva.
Personalización del sistema operativo
El launcher solo ha sido modificado estéticamente para adaptarlo al diseño del propio teléfono. Tan solo tenemos algunas funciones adicionales que nos permiten reordenar las aplicaciones del menú de forma personalizada. Podemos mover los iconos a la pantalla deseada. No obstante, también nos permite organizarlas por orden alfabético, aunque la que más cómoda nos ha parecido ha sido la que nos posiciona las aplicaciones más usadas en los primeros paneles (la interfaz consta de cinco), de forma que ganamos en comodidad y tiempo. Asimismo podemos desinstalar las aplicaciones que deseemos desde el propio launcher pulsando un icono en la parte inferior derecha, al estilo del iPhone de Apple. Donde sí notamos una mayor personalización es en la serie de temas nativos que Sony ha incluido en el teléfono. Tenemos un total de siete temas que se distinguen por la tonalidad. Como punto crítico en este aspecto debemos señalar la tonalidad elegida por la compañía para dar colorido al fondo del menú, que ofrece un aspecto que desmerece la definición de la pantalla.
Otra de las personalizaciones especiales de Android es la inclusión del submenú Xperia dentro del apartado de ajustes al que la única utilidad que le vemos es a la hora de instalar el software de gestión para PC ya que con solo conectar el teléfono mediante el cable USB podemos instalar PC Companion. También tenemos accesibles desde este menú personal la función de tethering y la activación de Facebook en Xperia. Ésta última nos ha parecido menos intrusiva de lo que cabía esperar pues no interfiere demasiado en nuestras labores habituales. Es más, la función de compartir es muy cómoda ya que con solo arrastrar cualquier foto o archivo multimedia en general hacia la parte superior en pantalla, en la barra de notificaciones, podremos publicar en nuestro muro de Facebook. No obstante, lo que sí nos ha parecido prescindible es la agrupación de las redes sociales que propone TimeScape. Nos es más intuitivo gestionar redes como Twitter desde aplicaciones específicas.
Otro de los toques personales de la interfaz del Sony Xperia S es la visión general, que podemos activar desde la pantalla de inicio con el gesto multitáctil pitch zoom. Acto seguido todos los widgets se agrupan en una sola pantalla, a un tamaño más reducido, con “efecto flotante”. Si no visualizamos el que necesitamos no tenemos más que agitar el móvil para que se inicie una especie de rotación.
Rendimiento general
Sin duda alguna, el rendimiento del Sony Xperia S no genera dudas. Las transiciones entre pantallas, la ejecución de aplicaciones… todo es inmediato. En general, se nota fluidez y rapidez en todo momento. En parte este rendimiento podemos agradecérselo al procesador Qualcomm Snapdragon MSM8260 de doble núcleo que trabaja a 1.5 GHz y a la generosa memoria RAM de 1 GB. En este aspecto la gestión de los recursos nos ha parecido sobresaliente pues en ningún momento hemos notado bajón alguno, ya sea por falta de potencia o de memoria. Tampoco queremos olvidarnos de enfatizar el trabajo que han realizado los ingenieros en el framework, ya que mejora la experiencia de usuario con bonitos efectos gráficos que, unidos a la rapidez del sistema, nos proporcionan una especie de sensación armónica. Si bien a nivel general el rendimiento es excepcional, los que hemos probado ya la miel no podemos por menos de acordarnos de Ice Cream Sandwich y sus posibles resultados en sincronía con el hardware del Xperia S. Sin duda, la actualización aportará un plus extra al modelo ya que se supone que la última versión de Android estará capacitada para extraer con más efectividad la esencia del mayor de los Xperia.
Otros detalles del día a día
Como buen smartphone de pantalla generosa que es, el Sony Xperia S nos será igual o más gratificante a la hora de navegar por Internet. No obstante, debemos matizar que en este punto sí que el teléfono agradecerá la actualización del navegador de serie que aumente el rendimiento, aunque para los que no sean muy exigentes es más que suficiente. Sin embargo, si optamos por navegadores de terceros, en nuestro caso Opera, la situación da un vuelco. La velocidad y aceleración al iniciar el Scroll o el zoom es muy alta. Da igual que naveguemos con los complementos activados como Flash Player. La fluidez sigue siendo la nota predominante. Realmente hemos quedado encantados con la navegación. Solo hemos echado en falta un ajuste que permita seleccionar la posibilidad de ver la versión completa o versión móvil automáticamente. Otro detalle que nos ha causado muy buenas sensaciones ha sido el teclado Xperia, especialmente con la función Swype. Es uno de los teclados virtuales más precisos que han pasado por nuestras manos ya que los algoritmos empleados hacen que el teléfono «aprenda» muy rápido nuestro estilo de escritura.
Conexiones inalámbricas
En otro dispositivo tal vez podríamos pasar por alto este punto. En cambio, en el Sony Xperia S debemos detenernos sí o sí ya que cuenta con una característica que esperemos todos los modelos empiecen a integrar de forma habitual. Nos referimos al chip NFC y la aplicación Xperia SmartTags. Su funcionamiento es sencillo. Solo tendremos que generar un widget desde el que podremos configurar las etiquetas inteligentes que encontraremos en el pack de venta. Activamos el NFC (bien desde el apartado de las conexiones inalámbricas, desde ajustes, o bien desde el propio widget, pulsado en su parte inferior. Acercamos el móvil a la tarjeta inteligente incluida y el propio terminal la identifica inmediatamente. Acto seguido podremos configurar una serie de opciones que el teléfono interpretará y ejecutará nada más que lea la smartag. En la prueba hemos encontrado muy útil este sistema. En nuestro caso en particular hemos configurado el móvil para que active el Bluetooth, desactive el WiFi y ejecute el navegador GPS incluido de serie. Esto nos ahorra perder tiempo para activar el manos libres y buscar aplicaciones, en este caso Wisepilot. Otra de las configuraciones personales ha sido la escogida cuando llegamos a casa. En este caso indicamos a SmarTag que desactive el Bluetooth, la red de datos, pero que active la conexión inalámbrica para hacer uso de la conexión ADSL proporcionada por el router WiFi. Sin duda un servicio que nos ha gustado particularmente.
Algunos detalles más sobre la parte inalámbrica que queremos destacar son la potencia del WiFi. Respecto al rendimiento de otros modelos que teníamos junto a éste como el Samsung Galaxy S2 o iPhone 4, el Sony Xperia S ha sido el que más redes WiFi detectaba y con mejor señal. De la misma manera nos ha maravillado la velocidad con la que entra en funcionamiento el GPS, en apenas segundos. Otro punto remarcable en este Xperia S y que muchas veces se pasa por alto es la calidad del audio en las llamadas telefónicas. Su función de cancelación de ruido mediante un doble micro nos ha parecido muy eficaz.
Autonomía
Ya hemos comentado nuestras impresiones sobre el Sony Xperia S en el día a día, aunque hemos querido dejar para el final uno de los aspectos en el que muchos de vosotros estaréis más interesados. Nos referimos a la autonomía. A pesar de que el modelo incluye una batería de mayor capacidad al de la media con 1750 mAh, como ocurre con la mayoría de los móviles de este segmento y aunque suena a tópico: la batería dura un día, a lo sumo día y medio si cuidamos el nivel de brillo y ajustamos la configuración de la parte inalámbrica adecuadamente a nuestros hábitos de uso. No obstante, lo que sí hemos agradecido durante el tiempo que hemos probado el terminal ha sido el sistema de carga rápida. Es una defensa incuestionable frente a la competencia. En aproximadamente una hora y cuarto la batería se carga totalmente con el cargador de serie. Además, con diez minutos de carga el teléfono nos garantiza un periodo de autonomía de, por ejemplo, una hora de conversación telefónica.
Aquí terminal la tercera parte del análisis del Sony Xperia S. Hemos querido dejar para la última parte de la prueba las prestaciones multimedia ya que creemos son su punto fuerte con diferencia. En ésta analizaremos la capacidad de su reproductor, sus funciones más destacadas y, cómo no, el rendimiento de la cámara de 12 megapíxeles con sensor Sony Exmor R.