Samsung ha puesto en el foco a los anillos inteligentes tras la presentación de sus nuevos dispositivos del último Unpacked. La sorpresa la marcó el dispositivo que ya se rumorea como Galaxy Ring y que también ha traído Xiaomi al mercado. La pregunta es evidente, ¿viene para derrotar a los smartwatches?
Y es que, por lo mostrado en dispositivos similares que ya venían en forma de anillo, lo que posiblemente propondrán estos anillos dentro del mercado, son mediciones básicas de salud que ya habíamos encontrado previamente. Ahora bien, la pregunta está en si realmente estamos es un sustitutivo o si más bien se trata de complementar un ecosistema en torno a la salud.
Dispositivos totalmente compatibles
En principio, si nos fijamos en las novedades que traen estos dispositivos, podría parecer realmente que no son compatibles, ya que muchas de las mediciones que nos encontramos, están repetidas en ambos dispositivos. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, están pensados para poder usarse de manera simultánea, tal y como se ha rumoreado en los últimos días.
Debes saber que actualmente hablamos de una herramienta que nos va a permitir poder medir de una manera mucho más precisa las pulsaciones; lo está midiendo por duplicado y realmente puede ser mucho más fiable. Además, sobre todo para aquellos que quieren hacer deporte, las mediciones que realiza el anillo no son suficientes, por lo que obviamente, es un buen complemento
El problema que realmente podemos encontrar en este tipo de wearables nuevos es que muchos usuarios no necesitan muchas más funciones en materia de salud que las que realmente ofrece el anillo, con la medición de oxígeno y las pulsaciones. Quizás en ese caso, muchos lo vean como un sustitutivo y no como una herramienta que realmente sí que puede usarse junto a un reloj, precisamente porque no se necesita más.
Cuestión de comodidad
Tal y como se ha rumoreado en los últimos días tras la presentación de Samsung, esto no parece ser que vaya a ser un sustitutivo, sino que el enfoque va más hacia aquellas personas que, en un momento u otro, el reloj es una molestia. Véase por ejemplo, el momento en el que nos vamos a dormir y que a mucha gente le molesta el reloj en este momento. Justo ahí es donde puede entrar en juego el anillo, con el que no tendríamos esta molestia por las noches y que puede hacer las veces para controlar tu salud y las métricas de sueño.
Al igual que en el caso anterior, hablando de las funciones y la compatibilidad, aquí nos encontramos con que el problema está en que realmente existe la posibilidad de que algunos usuarios se acostumbren a usar el anillo en vez del reloj, gustándole mucho más la experiencia con el pequeño dispositivo que con el Watch. Por lo tanto, también existe cierto riesgo de saber qué es lo que gustará más. En cualquier caso, somos los consumidores los que salimos ganando, teniendo un nuevo wearable entre nosotros.