Hoy día queremos smartphones, teléfonos inteligentes que nos permitan hacer un montón de cosas distintas. Comprar, navegar por la Red, usar un millón de apps distintas y ver contenido a Full HD, a 2K, en Realidad Virtual. Pero si estamos tan acostumbrados a tener terminales multitarea, ¿Por qué es tan atractivo el concepto simple del Nokia 3310, un teléfono sólo para llamar que ni siquiera tiene WhatsApp? Pues la respuesta es una mezcla de función básica, de nostalgia y de tranquilidad.
Creados para llamar
¿Qué miramos en un smartphone actual a la hora de comprarlo? Hay quien busca una pantalla grande para ver a gusto contenido en las nuevas resoluciones; los hay que necesitan potencia, mucha potencia para sacarle mucho partido al terminal con los juegos más punteros; están los melómanos que adoran usar su teléfono para escuchar música y quieren un espacio interno generoso; los Instagramers y fotógrafos quieren las mejores cámaras del mercado para petar las redes sociales con selfies, slefies de grupo y videos en cámara lenta; y por último están los que buscan una combinación de todo.
Pero ¿cuántos de esos se deciden por un teléfono simplemente por su capacidad de hacer llamadas? Llamar por el móvil es algo secundario, porque hay un millón de formas de comunicarse: WhatsApp, Twitter, Skype, Hangout, Messenger… Y todas ellas gratis si estamos conectados a un WiFi. Pero lo creáis o no, hay gente en el mundo que sigue comprándose un terminal sólo y exclusivamente para llamar. Y como vemos en este artículo de la web Betech, sólo en 2015 ya eran un 20% de los compradores totales a nivel mundial de móviles en ese año. Un 20% de miles de millones es mucho. Y es un sector en el que Nokia triunfó, lideró y operó a placer cuando el siglo XXI empezó.
El nuevo Nokia 3310
Mirando a este sector, y mirando también a otros usuarios como los que buscan tener un teléfono de repuesto en casa por si su smartphone supercaro de Gama Alta se fastidia, Nokia ha buscado en su enorme cartera de móviles de hace 15 años, y se ha decidido a relanzar uno de los más míticos, el Nokia 3310, que en 5 años colocó 125 millones de unidades en las manos de 125 millones de usuarios. De esta manera, el móvil que hemos visto y además hemos podido tocar hoy en el Mobile World Congress es eso, un simple teléfono de llamadas. Pero, ¿por qué es tan atractivo en su simpleza? Pues por varios motivos, empezando porque es el móvil ideal para aquellos que quieren solamente un teléfono como los que había en el mercado hace una década, para realizar llamadas y enviar algún SMS y punto.
Luego está por descontado el factor nostalgia. Y es que de unos años a esta parte, la nostalgia se ha convertido en un arma poderosa de ventas. Lo retro se lleva, está de moda. Fijémonos en el caso de la Mini Nes por ejemplo, un éxito inesperado para Nintendo y que se basa en su tremendo poder nostálgico. El Nokia 3310 tiene ese encanto de los teléfonos ‘ladrillo’ y el aura mítica de los móviles con una batería que duraba varios días y una resistencia de hierro, potenciadas hoy día con la cultura YouTuber. Además, muchos de los que hoy consumen iPhones, Samsung Galaxies y demás marcas empezaron por Nokia, y seguro que el 3310 fue su primer o segundo móvil.
Precio de risa
Como vimos durante su presentación, es un teléfono con una pantalla a color pero minúscula para los estándares actuales, que además no tiene navegación táctil sino física, con botones que manejar. Tampoco tiene WhatsApp, de hecho no tiene Internet, no se conecta a la red, no tiene apps porque no usa Android, sino Symbian (o un clon calcado al milímetro). Pero permite llamar y además hablar 22 HORAS, sacar fotos, enviar SMS y jugar al remaster del mítico Snake, un juego gratuito que fue tan popular como un Clash Royale, Pokémon GO o Angry Birds de la era smartphone.
Y todo esto por un precio 20€ más barato que el que nos habían dicho en rumores. Por 49 euros tenéis una pieza de historia remozada a los tiempos actuales, rehecha pero manteniendo unas funciones básicas que un 20% de la población quiere. Y que seguro que más de uno encontrará irresistible. Pero hay un último elemento para decidirse por este ‘dumbphone’: la tranquilidad. Imaginad estar localizables todo el día, pero no oír una sola notificación. Ni un WhatsApp, ni un Tweet, ni un aviso de Amazon, ni correos del trabajo… Igual que hace 15 años.