La autonomía de nuestros teléfonos inteligentes y tabletas viene determinada por distintos factores como son el consumo de los distintos componentes de hardware, de software, y evidentemente el uso que hacemos de estos. Sin entrar en mucho más detalle en este sentido, tenemos que tener en cuenta que la autonomía también va ligada, en cierto modo, a la capacidad de la batería del dispositivo. Pero, si hacemos que aumenten en capacidad, aumenta el tiempo de carga, ¿no? Pues gracias a esta tecnología el tiempo se reduce, porque la recarga es tres veces más rápida.
Cada año, y con cada nueva generación de teléfonos inteligentes y tabletas, vemos cómo los principales fabricantes de este tipo de dispositivos nos sorprenden con, cada vez, procesadores más potentes, memorias RAM de más capacidad y que alcanzan velocidades de procesamiento superiores, y así con todos los componentes de hardware que incorporan nuestros smartphones y tablets. Debida a esta especial dedicación de los fabricantes en incorporar en sus dispositivos los componentes de hardware con «cifras más altas», los medios de comunicación hemos designado en ocasiones esta época de la tecnología como la «guerra de las especificaciones». Sin embargo, fuera de la «guerra de las especificaciones», que mencionábamos anteriormente, se ha quedado siempre, o casi siempre, uno de los componentes fundamentales de nuestros dispositivos: la batería.
Nuestros teléfonos inteligentes y tabletas necesitan «más batería»
En multitud de ocasiones podemos leer comentarios de nuestros lectores en los que se lanzan críticas directas a los fabricantes por la incorporación de baterías de baja capacidad en los teléfonos inteligentes y tabletas de última generación. Los usuarios demandan baterías de mayor capacidad como solución a la baja autonomía que nos están proporcionando unos dispositivos que complementan nuestro día a día, que nos ayudan en nuestro trabajo, y que a fin de cuentas deben permanecer activos durante qué menos que una jornada completa. Pues bien, la capacidad de nuestras baterías no es lo único que puede ser modificado para garantizar una mayor autonomía, sino que también podrían «los encargados de ello», optimizar la relación entre el hardware y el software de nuestros dispositivos para una mayor duración de la energía de nuestras baterías. Además de esta solución existen muchas otras, y los usuarios continuaremos pidiéndolas hasta que los fabricantes decidan «escuchar». Mientras tanto, nuevas soluciones continúan investigándose, como la que a continuación desarrollamos.
Baterías que se recargan tres veces más rápido
Siguiendo el desarrollo de la cuestión anterior, otra solución pasa por una recarga de batería más rápida a la que estamos acostumbrados. Si bien esta solución no aumenta la autonomía de nuestros teléfonos inteligentes y tabletas, sí es una garantía de aumentar más rápido el porcentaje de batería cuando tenemos «unos instantes» para enchufarlo a la red. Así pues, esto se traduciría en que, cuando conectamos nuestro dispositivo para recargarlo, el tiempo demorado para completar su cargar sería mucho menor, en el caso de la tecnología que nos ocupa, sería tres veces menos el tiempo que necesitaríamos «invertir» para recargar nuestro dispositivo. Se está estudiando en Tokyo una nueva tecnología que podría mejorar significativamente los tiempos de carga de las baterías (Li-Ion) de iones de litio, y esta tecnología podría aplicarse a baterías incorporadas en cualquier tipo de dispositivo, entre los cuales, evidentemente, encontraríamos los teléfonos inteligentes y las tabletas, así como los dispositivos wearables como relojes y pulseras inteligentes. Estos investigadores están trabajando sobre un nuevo electrolito que se podría utilizar en el futuro en las baterías de tipo Li-ion, es decir, las de litio que incoporan nuestros dispositivos móviles. La sustancia se caracteriza por una muy alta reactividad, además de una elevada resistencia a la degradación. Así pues, esta tecnología aumentaría de forma global el rendimiento de las baterías que utilizamos todos los días y de las cuales depende la autonomía de nuestros dispositivos. Igual que esta sustancia sería cuatro veces más densa que los disolventes utilizados en las baterías de los dispositivo móviles, también nos encontraríamos con unas baterías mucho más reactivas. Además de disminuir considerablemente los tiempos de carga de las baterías, con respecto a las actuales, la aplicación de esta tecnología supondría también la posibilidad de aumentar la potencia de las mismas. La investigación muestra que, al parecer, los tiempos de carga se han reducido a sólo un tercio del tiempo normal que tarda en cargar una batería utilizando los electrolitos actuales, mientras que el voltaje también se ha incrementado de 3V a 5V.
Samsung, con el Galaxy Note 3, aumentó la velocidad de recarga de la batería
La compañía líder en tecnología de consumo ha aplicado a su nuevo teléfono inteligente, el Samsung Galaxy S5, una tecnología que ya estrenó con el Samsung Galaxy Note 3. Con la intención de reducir considerablemente los tiempos de recarga que demora la batería de sus teléfonos inteligentes, Samsung ha sustituido la entrada de USB 2.0 por una entrada USB 3.0, con la cual aumenta considerablemente la velocidad de recarga. Si bien cobra especial sentido en el Note 3, un teléfono inteligente con enorme batería que tarda -con USB 2-0- más de lo normal en recargarse, en el Samsung Galaxy S5, como terminal algo más «estándar» en el tamaño de batería, nos encontramos con que los tiempos de carga serán reducidos notablemente. Sin embargo, en este caso, el del Samsung Galaxy S5 y el Samsung Galaxy Note 3, la tecnología utilizada en la propia batería es la misma que siempre, la «convencional», y lo único que se ha modificado es la conexión, que ahora permite un tiempo de recarga bastante menor. Por otra parte, estas novedades no modifican la autonomía, motivo por el cual Samsung ha desarrollado también un software específico para su Samsung Galaxy S5 en el que el ahorro de batería es máximo, pero por contra se reducen las funcionalidades del teléfono inteligente. Otros fabricantes de teléfonos inteligentes y tabletas también continúan apostando por sus propias soluciones en forma de software, pero ya hemos visto hasta ahora que «el software» no está siendo suficiente para garantizar niveles óptimos de autonomía, por lo que este tipo de novedades como la que nos ocupa en estas líneas, referida al hardware, serían realmente bienvenidas en el mundo de la telefonía móvil. Fuente: bgr.com