El nuevo Sony Xperia Z ha sido presentado en el CES de Las Vegas, y es una clara apuesta por los dispositivos que tienen pantallas de 5 pulgadas o más, los que se conocen como phablets. En esta gama de producto, hay un claro referente en el mercado actualmente, el Samsung Galaxy Note 2, por lo que tiene todo el sentido del mundo comprarlos para saber si el esfuerzo realizado por la compañía japonesa ha merecido la pena.
En lo que se refiere al diseño, ambos son característicos, el modelo de Samsung sigue con las líneas que llegaron con Galaxy S3, por lo que no hay grandes novedades al respecto, ya que sus redondeadas curvas y el plástico como material (de gran calidad, todo hay que decirlo) son la nota predominante.
Por su parte los japoneses has apostado fuerte en este apartado, como demuestra el aluminio y cristal como acabados en una carcasa “unibody” (de una pieza) que caracteriza a Sony Xperia Z. Esto permite al terminal resistir el polvo y el agua gracias a cumplir el estándar IP57 -y nos referimos a inmersiones, no a salpicaduras- lo que le da un toque realmente diferencial y que le hace ser superior a la inmensa mayoría de los modelos que existen en la actualidad.
En lo que se refiere a las dimensiones, dejando a un lado las totales que dependen del tamaño de la pantalla, el grosor sí que es comparable. Y, aquí, se lleva el gato al agua el modelo de Sony, ya que tiene sólo 7,9 milímetros por 9,4 mm de Galaxy Note 2. No hay color, pese a la existencia del stylus S Pen en el modelo de Samsung.
Pantalla, el tamaño no es suficiente
La primera gran diferencia en lo que se refiere al hardware es el tamaño de la pantalla. Sony Xperia Z tiene un panel de 5 pulgadas y Galaxy Note 2 de 5,5”. Es decir, en lo que se refiere a las dimensiones gana el modelo de Samsung, que necesita de esas dimensiones ya que se escribe a mano alzada en ella.
Pero no todo es el tamaño… La calidad es parte fundamental en este componente y, aquí, el modelo de Sony se lleva la palma ya que su pantalla es Full HD (1.920 x 1.080) por una de Alta Definición de su rival (1.280 x 720), por lo que las imágenes se ven con mucha mayor definición y calidad. Además, en lo que se refiere a la densidad de píxeles, más de lo mismo: 441 por 267 ppp. Es decir, que es mucho mejor la de Sony Xperia Z.
Respecto a otros detalles interesantes en este apartado, hay que destacar que el modelo de los japoneses incluye tecnología Bravia Engine 2, que ofrece protección y buena calidad a su panel tipo Reality Display. En el modelo de Samsung, la protección de su SuperAMOLED la realiza Gorilla Glass 2.
La diferencia está en el interior
El SoC ya es un elemento fundamental en los terminales actuales. Tanto es así, que la competición existente ya comienza a parecerse a la que en su día tuvieron Intel y AMD en los ordenadores. El caso es que se busca la mayor potencia posible para, de esta forma, manejar las aplicaciones con la mayor solvencia posible.
Aquí el ganador indiscutible es el Sony Xperia Z, ya que incluye un procesador de Qualcomm de cuatro núcleos de la gama Snapdragon S4 Pro que funciona a una frecuencia de 1,5 GHz. La arquitectura es ARM Cortex-A15 y, en su interior, incluye una GPU (tarjeta gráfica) Adreno 320. En definitiva, simplemente espectacular en su rendimiento, al menos sobre el papel.
El Samsung Galaxy Note 2 también incluye un procesador de cuatro núcleos, concretamente un Exynos 4412, que si bien es cierto que ofrece una frecuencia mayor, 1,6 GHz, su arquitectura es inferior, ya que utiliza una ARM Cortex-A9. Por lo tanto, su capacidad es menor a la hora de manejar información. Su GPU es una Mali-400MP, que es de buena calidad pero inferior a la Adreno 320.
Donde no existe diferencia alguna es en la cantidad de memoria RAM, ya que ambos modelos tienen 2 GB, por lo que el trabajo en multitarea es bueno en ambos casos, pero más solvente en el trabajo ya que el apoyo del SoC es mejor en el modelo de Sony.
Respecto a la capacidad de almacenamiento, aquí quizá el modelo de Samsung lleve la delantera, ya que ofrece diferentes opciones: 16/32/64 GB, mientras que el Sony Xperia Z sólo es posible encontrarlo con 16 GB. Además, ambos modelos ofrecen la posibilidad de utilizar tarjetas microSD… pero las compatibles en el modelo Xperia es de 32 GB, mientras que en el Galaxy es de 64 GB. Es decir, aquí mejor el phablet de los coreanos.
Conectividad y cámara
En la conectividad se podría decir que hay un empate técnico, ya que en lo básico no hay grandes diferencia: WiFi (802.11 b/g/n), Bluetooth 4.0, DLNA, NFC y WiFi Direct están disponibles. Además, ambos modelos disponen de versiones LTE… pero ojo a esa compatibilidad HSDPA+ por parte del Sony Xperia Z, que le hace ser muy atractivo. En cuanto a la conectividad con cable, se realiza en ambos casos mediante un puerto USB 2.0.
En cuanto a los sensores, pocas diferencias también, ya que la compatibilidad de ambos con GPS y GLONASS y, además, incluye radio FM. Es decir, que muy pocas diferencias en este apartado y, por lo tanto, ambos modelos cumplen a la perfección.
La cámara sí que es un elemento diferencial a favor del modelo de Sony, que se beneficia del tiempo que ya lleva en el mercado el de Samsung. El sensor de Xperia Z es de 13 megapíxeles, mientras que el de Galaxy Note 2 de 8 Mpx. Con esto ya debería estar dicho todo, pero es que el primer modelo incluye tecnología Exmor RS, por lo que ofrece una gran calidad en las tomas y grabaciones en Full HD.
El modelo de los japoneses ofrece una gran cantidad de opciones: detección de caras, HDR, Sweet Panorama, y autofoco mediante la pantalla táctil, por lo que su usabilidad es excelente. Por su parte, el modelo de Samsung ofrece también sus contrapartidas, ya que también permite enfocar con tocar la pantalla y detecta las sonrisas… pero, la verdad, es que aquí el vencedor es claramente el modelo de Sony.
Batería y otras cuestiones a considerar
La batería es un elemento esencial, ya que de ella depende de forma directa la autonomía que ofrece un dispositivo, algo importantísimo en la movilidad. Aquí la disputa es mayor, ya que Samsung Galaxy Note 2 ofrece una de 3.100 mAh, mientras que Sony Xperia Z tiene un modelo de 2.300 mAh (cosas del grosor…). Por cierto, la del Galaxy Note 2 es intercambiable, mientras que la del Xperia Z no.
Bien es cierto que el terminal de los coreanos tiene una pantalla de mayores dimensiones y, por lo tanto de necesidades energéticas, y que el SoC de Qualcomm es algo más eficiente en lo que se refiere al consumo… peor con la diferencia que existe, todo hace indicar que en autonomía vence el modelo de Samsung. Según los datos proporcionados por ambos fabricantes, el Note 2 aguanta hablando 890 horas en 3G y el Sony Xperia Z 5390 horas.
Existen otros apartados importantes a tener en cuenta, como por ejemplo la posibilidad de utilizar un stylus S Pen con el terminal de Samsung, que permite un uso realmente intuitivo y cómodo del equipo y que, todo hay que decir, nadie ha conseguido igualar. Por lo tanto, esta es una cuestión a valorar.
Además, ambos modelos ofrece utilidades específicas que les hacen atractivos y diferentes. Por ejemplo, Sony Xperia Z incluye un gestor de consumo energético implementado en el sistema operativo que resulta muy útil a la hora de controlar el gasto. Algo de lo que carece el Galaxy Note 2. Lo que está claro es que ambos modelos ofrecen opciones adicionales interesantes.
Para finalizar, en lo que se refiere al sistema operativo, ambos modelos incluye Android Jelly Bean 4.1.2 (en el Note 2 hay que actualizarlo), y está asegurada la mejora a 4.2. Eso sí, cada uno de los terminales incluye su propia interfaz de usuario (UI), Timescape de Sony y TouchWiz de Samsung… y aquí, depende del gusto de cada uno decidir cuál es mejor, ya que ambas funcionan como es debido.