Según los estudios estadísticos realizados por la compañía Strategy Analytics, el interés por los smartphones iPhone de Apple desciende de forma gradual. Si bien se mantiene un alto número de fans de la marca que seguirá apostando por sucesivas generaciones posteriores al iPhone 5, tanto en Europa como en EEUU ha aumentado el porcentaje de personas que dudan acerca de un cambio de plataforma.
Cuando apareció por primera vez en el mercado en 2007, el tener un iPhone era sinónimo de poder económico y estatus social. Sin embargo, esa percepción fue cambiando hasta que las últimas versiones de iPhone se han convertido en un smartphone de lo más habitual. El volumen de ventas de Apple le ha permitido ganar una monstruosa cantidad de dinero, pero su teléfono ha perdido ese efecto glamuroso. Aunque “todo el mundo” sigue queriendo tener un iPhone, el trabajo de la competencia recién podría estar causando los primeros efectos.
El descenso, en cifras
Esos efectos bien podrían ser el aumento de un porcentaje de usuarios que empieza a dudar acerca de la compra de una nueva generación de iPhone. Así lo contrasta Strategy Analytics al informar que tanto en EEUU como en Europa ha disminuido el número de clientes que seguirá confiando ciegamente en Apple y su iPhone. En el Viejo Continente, un 75% de los encuestados con un iPhone en propiedad afirmaba que compraría una nueva generación del teléfono de la manzana mordida. En el caso del mercado norteamericano, la encuesta ha fijado ese porcentaje en un 88%. Si bien son cifras muy positivas en términos absolutos, si las comparamos con las mismas estadísticas del año 2011 la situación se vuelve algo más preocupante. En el caso de Europa, el año pasado la cifra de personas convencidas de la compra del iPhone era de un 88%, lo cual quiere decir que ha descendido un 13% el número de clientes completamente satisfechos como para seguir confiando en Apple. Menos acusada es la bajada en EEUU, aunque aún así es de 5% hasta alcanzar un 88 frente al 93% de personas muy satisfechas en 2011. Otra forma de interpretar estos datos es que cada vez existe un mayor número de personas con un iPhone que dudan acerca de seguir con iPhone o cambiar por otra marca.
La política de Apple no encaja con la de otros fabricantes, que salen beneficiados de cara a la opinión pública
Según la firma de análisis de mercados, Apple estaría perdiendo ese halo de innovación y encanto que encandilaba a los usuarios porque la compañía va un paso por detrás de la competencia, al menos en el apartado tecnológico.
Y es que el avance imparable de los fabricantes que han apostado por otras plataformas como Android o Windows Phone ha derivado en teléfonos con un hardware especialmente potente. Aunque Apple mejora constantemente el hardware de sus dispositivos, ésta basa mayores esfuerzos en optimizar el software. El hecho de no apostar por los últimos avances e ir un paso por detrás (véase el procesador más potente, cantidad de memoria RAM, capacidad de la batería) en ocasiones la comparación respecto a los movimientos de otros fabricantes causa un efecto negativo. El usuario de iPhone puede ver cómo muchos dispositivos Android y Windows Phone de gama alta cuentan con mejores prestaciones, creando un sentimiento de desigualdad tecnológica, favorecida también por el alto precio del dispositivo de Apple.