Ayer se cumplía el tercer aniversario de la muerte de Steve Jobs, algo que recordó Tim Cook a sus empleados donde agradecía a todos que siguieran contribuyendo al legado del que fuera fundador de la compañía, y salvador unos años después. Muchos ven con añoranza su figura pero ¿es que realmente sería diferente Apple hoy con y sin Steve Jobs?
La llegada de cada iPhone es también una fecha en la que se recuerda la pérdida del que ha sido, pese a sus detractores, una de las mentes que más ha contribuido al cambio tecnológico en los últimos años. Evidentemente hablamos de Steve Jobs, para el que se cumplía el 5 de octubre el tercer aniversario de su muerte. Este aniversario ha coincidido con la llegada del iPhone 6 y el anuncio del Apple Watch, los primeros dispositivos de Apple en los que el genio fundador no participó. Es el primer iPhone, por tanto, de Tim Cook y sobre todo, de Jony Ive.
Según pasan los años, muchos de los aficcionados de la marca de la manzana intentan buscar la esencia de Jobs en los nuevos productos de Apple, y se lamentan porque no la encuentran ya que es algo que es prácticamente imposible que ocurra. Apple no puede ser igual que hace tres años pero ¿cambiaría algo si su fundador siguiera al frente?
What if….
Entrando en el mundo de los «What If…» empezaremos por si existiría o no un iPhone 6 o un Apple Watch. Y la respuesta es que, con o sin Jobs, probablemente sí. El fundado de Apple era conocido por sus sentencias lapidarias y no extraña a nadie recordar cuando afirmó que más de 4 pulgadas era un tamaño impensable para un smartphone. También dijo que los tablets de 7 pulgadas eran una tontería… y ahí está el iPad Mini, uno de los últimos productos a los que dio el visto bueno. Y es que, pese a todo, el mercado manda y Apple en ningún momento de su existencia ha sido ajena a las tendencias, eso sí, subiéndose a ellas a su manera y, no vamos a negarlo, haciendo ver que era «bueno» lo que hasta entonces había demonizado.
¿Era Apple diferente con Jobs realmente?
Este año salía a la venta un libro muy interesante, tanto para los aficcionados de Apple como los de Google. «Dogfight: how Apple and Google going to war and started a revolution», escrito por Fred Volgesntein. Y lo interesante de este libro, y diferente de otros como la autobiografía de Jobs o el que también acaba de publicar el CEO de Google, Eric Schmidt («How Google Works«), es que en él no son los grandes nombres los que nos cuentan la historia de su compañía, ni siquiera sus más cercanos colaboradores como Tony Fadell o Scott Forstall, sino aquellos que están en «tercera fila» y trabajaban para estos.
En el se puede ver como, al fin y al cabo, las empresas las mueven quienes trabajaron a la sombra de gigantes. Pero quien marca el rumbo es el que está al timón. Jobs no inventó nada, propiamente dicho, pero era su decisión ir hacia un lado u otro. Pese al aura del que está rodeado su personaje, tuvo, como todos, momentos en los que se equivocó, en los que fue traicionado y cuando tuvo que rendirse a la evidencia.
La figura del fundador de Apple en este libro dista mucho de la pintada en otras ocasiones. En Apple se trabajaba duramente pero no de la forma que parece desde fuera se piensa. Jobs no se levantaba por la mañana con una idea genial y ponía a alguien a trabajar en ella. Se rodeó de los mejores, era el que más empeño le ponía y, sobre todo, el que más respeto, que no miedo, era capaz de generar. Y no era un santo, eso está más que claro. Pero tampoco era diferente a otros CEOs, simplemente, tenía otro estilo y sabía sacarle partido.
El problema no es que no esté Jobs, sino que ahora hay muchos egos entre los que repartir las decisiones. Todos seguían a Jobs sin dudarlo, pero ahora casi todos quieren ocupar unos zapatos que son de otro número. Ni mejores, ni mas grandes o más pequeños. Y lo que es más, intentar buscar un «nuevo Jobs» podría ser el mayor error de la historia de Apple. Ni el mercado es el mismo, ni el usuario ni tampoco los rivales ni los accionistas de la compañía, con más peso que nunca en la toma de decisiones.
Esto con Jobs ¿no pasaría?
Muchos se echan las manos a la cabeza con un «¡Esto con Jobs no pasaba!» ante el «Bendgate» o los fallos de iOS 8. Tirando de hemeroteca se pueden recordar las manchas amarillas en las pantallas de los iPhone 4, fugas de luz de los iPad, el «Antennagate» para los zurdos, y una larga lista de problemas con iOS de más o menos importancia. Cuando se critica que el Apple Watch es un producto «inacabado», hay que recordar, como se narra en el libro, que el primer iPhone, el que Jobs mostró al mundo, apenas funcionaba. Había que hacer las cosas en un orden concreto, justo el que se ve en la presentación, para que no fallara. Y en ese momento, apenas había 10 prototipos en todo el mundo. El Apple Watch, al menos, ha podido ser tocado por la prensa.
En muchas ocasiones se echa la culpa a que no está Jobs y se ha bajado el nivel de presión entre los trabajadores de Apple. Una muestra se ejemplifica en la cantidad de rumores que circulan de los productos que, eso sí es seguro, encenderían la ira de Steve Jobs como pasó con el caso de la filtración del iPhone 4 «olvidado» en un bar.
Pero volvemos a lo mismo, Twitter, blogs, medios, y sobre todo Google no son los que eran hace 3 años. Incluso para el férreo controlador que era Jobs, no podría haber hecho mucho frente al tsunami que actualmente es la información online. En este tercer aniversario de la muerte de Steve Jobs muchos seguidores recuerdan con cariño esos momentos que daba el genio de Cupertino. Son eso, recuerdos, ya que el fundador de Apple fue, como todos, hijo de su tiempo. Tomó las decisiones en un momento concreto y estas no puede ser las que se aplique a otro contexto.
Lo único de lo que hay que lamentarse es de que no sigue vivo para ver cómo habría afrontado, ya qué es imposible saber que es lo que habría hecho, estos años tan interesantes que seguro que, desde donde nos esté viendo, estará ansioso por haberlos vivido.
NOTA: Este texto es una opinión y un homenaje a la figura de Steve Jobs. Es por ello que esperamos en los comentarios que aportéis, y os rogamos que sea forma educada y constructiva ya que es posible discrepar sin insultar, vuestra opinión al respecto ya que es la única forma de que la conversación sea positiva y aporte algo para todos, tanto los lectores como los que escribimos en MovilZona.