Después de haber sido objeto de duras críticas a nivel internacional por las malas condiciones laborales de sus trabajadores, Foxconn, uno de los ensambladores del iPhone 5 y nuevo iPad, vuelve a repetir un triste capítulo al admitir que en sus instalaciones han trabajado menores de edad. Apple sufre las consecuencias al verse salpicada indirectamente.
Apple tendrá que afrontar de nuevo el escándalo a consecuencia de las condiciones laborales en las instalaciones de uno de sus principales socios. Aunque no se ha demostrado que esté implicada indirectamente –sea consciente de la política de contrataciones de Foxconn- con los casos de explotación laboral de menores, ni tan siquiera el hecho de que se demuestre lo contrario va a impedir que se la asocie con este tipo de prácticas en China. A pesar de los intentos de Tim Cook por sanear la imagen de la compañía, los hechos que sucedieron hace algo más de un año (y que se siguen produciendo con el iPhone 5) han perjudicado notablemente a la corporación norteamericana.
Ahora, la organización China Labor Watch ha denunciado que en una de las plantas de Foxconn en Yantai, China, se han detectado casos en los que chicos de entre 14 y 16 años han trabajado durante meses en sus instalaciones. El caso ha trascendido porque la contratación de estos adolescentes vulneraría una ley que prohíbe trabajar a menores de 16 años en el país asiático.
El caso es más complejo de lo que podría parecer en un primer momento. Y es que esta organización anuncia en uno de sus comunicados que estos chicos provendrían de escuelas de formación profesional. Tras varias entrevistas, algunos de los afectados cuentan que si quieren conseguir el diploma que acredite su cualificación, deben trabajar en Foxconn a modo de clases prácticas. Aunque son remuneradas, las condiciones y exigencias son muy duras, al menos según se extrae de dichas entrevistas. Si los chicos no cumplen los objetivos, deben permanecer en las instalaciones hasta terminar los trabajos, una vez completada la jornada laboral, a modo de horas extra, incluso durante los fines de semana. Por la parte de profesores y empresa, ambos argumentan que los chicos no son obligados a realizar estas labores y que el programa les facilita adquirir experiencia en el sector y la posibilidad de que los mejor cualificados, una vez terminado el ciclo educativo, sean contratados por Foxconn. Los afectados indican que si no “superan” esta fase, al volver a la escuela son expulsados.
La situación lleva a la controversia por varias razones. Por un lado choca que la propia compañía, Foxconn, confirme los hechos cuando ha sido auditada hace unos meses -a petición expresa de Apple- por la protesta popular de sus trabajadores ante su precaria situación laboral y ciertos casos de contratación de menores. La empresa alega que no era consciente de la presencia de estos chicos y que reforzará el control a la hora de realizar las contrataciones,a pesar de la también responsabilidad de las escuelas incluidas en el «programa de cooperación». Asimismo dice haber pedido disculpas personalmente a cada uno de los estudiantes implicados. Por si fuera poco, la situación se agrava después de que más de 2.000 empleados se manifestasen días atrás a las puertas de las factorías encargadas de la fabricación del iPhone 5, causando supuestamente un retraso en su producción, a modo de protesta.
Queda por demostrar que los afectados hayan sido utilizados en el ensamblaje del iPhone 5. No obstante, hace un mes salía a la luz que esta mano de obra era aprovechada para la fabricación de accesorios del iPhone, hecho que perjudica la credibilidad de los mandos de la compañía china. Aún así, los estudiantes bien podrían haber trabajado en la producción de la nueva Wii de Nintendo e incluso en otros productos ya que la factoría también ensambla diversos dispositivos electrónicos de otros fabricantes. Del modo que sea, los precedentes siempre colocan a Apple en el ojo del huracán.