Hace escasas semanas anunciábamos que Sony se disponía a liberar la actualización con Ice Cream Sandwich para el Sony Xperia S. Después de instalar Android 4.0.4 en el teléfono queremos ofreceros nuestras primeras impresiones acerca de su funcionamiento, rendimiento, experiencia de usuario, autonomía y novedades en forma de nuevas aplicaciones.
A pesar de la buena aceptación del modelo, muchos usuarios coincidían en sus quejas. Y es que el Sony Xperia S, un modelo puntero lanzado meses después de la presentación de Android 4.0, no aterrizaba en el mercado con Ice Cream Sandwich como sistema operativo nativo. Ese lugar lo ha ocupado unos cuantos meses Android 2.3.7 Gingerbread, aunque ahora sí que dará paso a Android 4.0.4 a través de una actualización.
Ice Cream Sandwich VS Gingerbread
En abril tuvimos ocasión de iniciar un análisis a fondo (parte I, parte II, parte III, parte IV) del terminal y evaluar tanto el rendimiento del hardware como del software. Este último aspecto estaba basado en Android 2.3.7 Gingerbread y, aunque las sensaciones y experiencia de usuario fueron más que aceptables, el cuerpo nos pedía conocer cómo funcionaría el terminal con la última versión de Android, Ice Cream Sandwich. Ahora, un par de meses más tarde, podemos comparar ambas versiones de Android.
Instalación mediante PC Companion
Tras un sencillo proceso de descarga e instalación a través de PC Companion (puesto que el teléfono no detectaba la OTA), pudimos cargar Ice Cream Sandwich en el Sony Xperia S sin mayor dificultad que la que pueden suponer los problemas relacionados con los driver.
Primeras diferencias
Como es de esperar, el primer cambio que apreciamos fue estético. El Sony Xperia S da paso a la renovada interfaz gráfica de Android 4.0, más sencilla y estructurada que personalmente nos gusta más. Con este cambio también llegan las herramientas ya típicas en Ice Cream Sandwich, como el control de consumo de datos, la nueva gestión de la multitarea y funciones de desarrollador. A nivel estético, aunque con los rasgos de ICS, Sony ha querido mantener su personalización. Suyo es el launcher, que mantiene su simplicidad y efectividad. Donde más podemos apreciar la mano de los japoneses es en la gestión de los widgets y la elección de los temas. Mediante una pulsación prolongada en pantalla se acciona un desplegable en la zona superior, junto a la barra de notificaciones, desde la que podemos seleccionar bien el color del menú o la elección del widget, de acuerdo a las aplicaciones instaladas que los soporten. Un detalle curioso es el pequeño icono cuadriculado mostrado al lado del widget que nos informa visualmente del espacio que ocupará a tamaño real en pantalla. A este respecto debemos decir que la fluidez del menú de selección de estos accesos directos es al principio un poco pesado, aunque a medida que cargan los widgets mejora su dinámica. En general, podemos decir que el nivel de personalización de Sony ha mantenido su bajo nivel de intrusión, también reinante en Gingerbread. No obstante, la firma ha aprovechado la actualización del firmware 6.1.A.0.452 para introducir varias aplicaciones propias que mejoran notablemente el rendimiento multimedia del teléfono, aunque ese es un tema de posponemos para posteriores artículos.
Optimización: rendimiento y autonomía
Puede que el aspecto que más interese sea si Ice Cream Sandwich logra aumentar el rendimiento del Sony Xperia S. En términos generales no se puede decir el cambio sea “palpable” a primera vista. Nos referimos a la fluidez del menú del sistema, puesto que la firma sigue manteniendo el nivel de aceleración del scroll, parte de los parámetros de ajuste interno del sistema personalizado por Sony. No existe apenas diferencia respecto a la fluidez marcada por Gingerbread, que conseguía exprimir bien el potencial del procesador Dual Core a 1.5 GHz. Donde sí se ha imprimido una ganancia neta de rendimiento ha sido en el funcionamiento del navegador, mucho más “suelto” a la hora de desplazarnos por todo el contenido de las páginas. También sucede lo mismo con Google Maps, por ejemplo a la hora de realizar el conocido gesto multitáctil pitch zoom.
¿Y qué hay de la autonomía? En nuestras pruebas hemos de decir que hemos comprobado una mejoría. Por supuesto, aquí existe un factor personal. Y es que aquellos usuarios que utilicen el smartphone intensivamente notarán poco esa ganancia. Por el contrario, los más “tranquilos”, esos que mantengan el terminal en reposo un mayor número de horas, sí que verán aumentada la vida de la batería en mayor grado. En nuestro caso, no ha sido complicado sobrepasar el día y medio.