Estrepitoso el fracaso que ha supuesto para Microsoft su nueva línea de teléfonos Kin. No han durado en el mercado ni dos meses porque los de Redmond se han visto obligados a retirarlos al haber conseguido la ruinosa cifra de venta de 500 unidades.
El lanzamiento de la línea de teléfonos Kin se vio rodeado de un misterio fuera de lo común. Al final resultó que los dos teléfonos presentados, Kin One y Kin Two, formaban parte de un proyecto orientado a las redes sociales. Un producto enfocado a un sector juvenil que usa el móvil para estar permanentemente conectado a Facebook, Twitter o MySpace.
Teléfonos «extraños»
Para empezar, los terminales diseñados por Microsoft eran muy particulares. Con respecto a su imagen, el Kin One es un teléfono de cuerpo redondeado y con mini teclado qwerty deslizante. Kin Two era un terminal con unas líneas algo más habituales y con un hardware más potente. A su vez, disponía de un teclado qwerty completo deslizante. Pero la verdadera guisa estaba en su interior, en el sistema operativo y sus funciones. Software a camino entre Windows Phone 7 y Zune, estos teléfonos estaban pensados para ofrecer al usuario un completo servicio de redes sociales integrado y conexión permanente con la nube.
Motivos
Los teléfonos de Microsoft tenían por objetivo introducirse en un mercado dominado de principio a fin por iPhone y Android, pero desde su nacimiento las cosas no se hicieron como la situación requería. Para empezar, la campaña publicitaria que promocionó los smartphone fue tachada de promover el sexting. Seguidamente, los precios fijados por Microsoft y el operador estadounidense Verizon Wireless, que tenía la exclusividad de los terminales, no fueron demasiado acertados. Con precios que oscilaban entre los 50 y 100 dólares y con un compromiso de permanencia de dos años, el consumidor vio otras alternativas más atractivas en teléfonos más potentes a precios similares. El resultado no ha podido ser más nefasto ya que se estima que las ventas no han superado la raquítica cifra de 500 unidades, muy insuficientes para una compañía de la envergadura de Microsoft.
No llegan a Europa
Microsoft ha reconocido el fracaso del proyecto tras seis semanas en el mercado estadounidense. Se retiran, por tanto, de la venta y las unidades en stock serán liquidadas por Verizon tras el visto bueno de los de Bill Gates. Con esta decisión se cancela la llegada a Europa, prevista a través del operador británico Vodafone y los efectivos destinados al proyecto Kin serán redirigidos a uno mucho más importante, vital para la división de móviles del gigante del software, el desarrollo de Windows Phone 7.