Estamos acostumbrados a llevar el teléfono móvil siempre con nosotros allá donde vayamos. Principalmente, porque lo utilizamos para casi todo, ya sea para escuchar música, consultar las noticias o hablar con amigos. Hoy en día resulta casi imposible imaginar lo que sería deshacerse de él.
Es justo por esta razón por la que decidimos que nos acompañe a cualquier lugar independientemente de las condiciones meteorológicas. Esto provoca que en ciertas circunstancias el smartphone pueda sufrir diversos daños a causa del agua de la lluvia u otros elementos, como el calor o el frio excesivo.
En este primer caso seguro que has sentido cómo tu teléfono desprende un ardor exagerado que te ha obligado a ocultarlo del sol. Sin embargo, en lo que respecta a las heladas, resulta más complicado solucionar el problema.
En ocasiones el frio llega a penetrar la vestimenta, por lo que puede ser inútil guardar el dispositivo en un lugar donde no experimente estas situaciones. Todos sabemos que exponerlo a altas temperaturas puede ser peligroso debido al sobrecalentamiento e incluso puede llegar a explotar. Esto no ocurre al contrario, pero hay ciertos aspectos que debes apreciar.
Comprueba la temperatura
Si eres una persona acostumbrada a practicar escalada o algún tipo de deporte similar, es de vital importancia que eches un vistazo a las temperaturas que es capaz de soportar tu smartphone. Para ello solo debes consultar sus especificaciones, pues los fabricantes suelen incluir esta información para prevenir posibles problemas.
En el caso de que optes por hacer caso omiso de las advertencias de la marca, lo más probable es que tras someterse durante un breve periodo de tiempo a varios grados bajo cero el terminal deje de funcionar. Si no se han producido daños internos, seguramente volverá a operar tras volver a una temperatura estable.
¿Qué pasa si no funciona?
Ojo, también es una posibilidad que el teléfono se averíe por un frío gélido. Nadie te asegura que pueda volver a la normalidad. Por esta razón, es importante que revises hasta qué temperatura aguanta.
Debes saber que, si tu móvil deja de funcionar pese a haberse descongelado, la garantía no te cubrirá los gastos de reparación o de sustitución. Esto se debe a que has realizado no has obedecido los avisos del fabricante. De hecho, es lo mismo que ocurriría si introduces un reloj inteligente por debajo de la profundidad establecida por la compañía.
Mucha atención, porque si tu smartphone goza de una certificación que indica que es acuático, como es el caso de la IP68, podría tener solución. El principal problema que presenta una congelación es que probablemente el agua se haya introducido en su interior al derretirse. Si dispone de ella esto no se producirá y estarás más cerca de obtener una posible solución.
De todos modos, si pretendes adentrarte en montañas o lugares que suelen percibir temperaturas exageradamente frías, la mejor opción es que optes por un móvil que ofrezca resistencia ante estas situaciones.
En el mercado puedes encontrar alternativas como el DOOGEEE S96 Pro que pueden aguantar hasta los -55°, además de contar con características interesantes. Por ejemplo, su batería de 6.350 mAh que proporciona varios días de autonomía. Si quieres prevenir para no tener que curar solo tienes que desembolsar una cantidad cercana a los 280 euros. Una cifra asequible teniendo en cuenta sus propiedades.