Los teléfonos móviles actuales están formados por una serie de componentes que constituyen un uno. Todos gozan de una extrema importancia, aunque la pantalla es quizá algo más determinante. Principalmente, porque es la encargada de reproducir la imagen en todo momento del dispositivo y sin ella no podríamos realizar ninguna acción.
Si bien es cierto que existen métodos para controlar el smartphone con la pantalla rota, pero lo ideal es no tener que acudir a ellos y disfrutar de una calidad óptima de visualización. Es por ello por lo que los fabricantes ponen cada vez más empeño en desarrollar paneles que garanticen una representación precisa y fiel a la realidad, así como repletos de propiedades para ofrecer una navegación placentera al usuario.
Además, estas son desarrolladas para mostrar la mayor resistencia posible frente a todo tipo de golpes y caídas. Tecnología de protección por parte de la empresa Corning y sus cristales Gorilla Glass, que ofrecen una capa adicional de barrera a nuestra pantalla. Sin embargo, estos no son indestructibles y el paso del tiempo o un porrazo con más fuerza de la cuenta podría provocar daños severos que acaben por completo con ella.
Esto obliga al usuario a cambiar la pantalla del teléfono a través de una reparación para utilizar su dispositivo en condiciones de nuevo, y en algunas ocasiones recurrimos a empresas de terceros para solventar la problemática. Una práctica que conlleva un mayor ahorro frente a la tienda oficial de la marca, pero que a la larga puede ocasionar inconvenientes.
Cuidado con las pantallas falsas
Los fabricantes diseñan la pantalla con sumo cuidado para garantizar una resistencia óptima y esto implica un precio significativo que muchas empresas de terceros no están dispuestas a asumir. De ahí que algunas de ellas busquen réplicas con el fin de abaratar costes y posteriormente venderlas como una solución idónea a sus clientes. Un escenario más normal de lo que nos gustaría.
En un primer momento esto podría pasar desapercibido, pero en un futuro existe la posibilidad de que pase factura. Principalmente, porque la dureza no será la misma que la oficial en ninguno de los sentidos y tampoco ofrecerá resistencia frente al polvo o agua. Asimismo, otras propiedades como el brillo y la reproducción de los colores se verían afectada en determinados casos. Bajo este riesgo, conviene estar al tanto de las vías disponibles para comprobar la veracidad de la pantalla.
Comprueba si tu pantalla es oficial
No hay que ser un experto de la materia para revisar este suceso, ya que puedes ejecutar ciertos procedimientos cuya intención es inspeccionar el estado de la pantalla en su totalidad. A continuación, tienes algunos de ellos:
Colores de la imagen
Las pantallas de la actualidad utilizan paneles OLED, AMOLED e incluso Super AMOLED con el objetivo de recrear con la máxima fidelidad los colores y escenarios representados en la imagen. Estos se caracterizan por unas tonalidades muy brillantes y con mucha vivacidad en comparación con las falsas. Por ejemplo, los colores negros de esta clase de tecnología destacan por su oscuridad debido a que los píxeles trabajan de modo individual, así que algunos de ellos permanecerán apagados, mostrando un matiz más negro de lo habitual.
Reproduce algún vídeo en plataformas como YouTube o Netflix y eleva el brillo al máximo para vislumbrar cómo transmite la imagen. Si por algún casual un conocido tiene a su disposición un modelo de móvil idéntico, puedes comparar el resultado. De lo contrario, otra alternativa es buscar un análisis o contenido que muestre vídeos del teléfono y sus prestaciones.
Ojo con la batería
Otra de las virtudes de la tecnología mencionada en los párrafos anteriores es un menor consumo de energía. De modo que la autonomía del teléfono será mayor si aprovecha las propiedades de las pantallas AMOLED y derivados. Esto se debe a un rasgo que ya hemos conocido anteriormente y es el funcionamiento por píxeles de los paneles.
Establecer un fondo de pantalla con tonalidades negras hace que algunos de ellos estén apagados, dejando de gastar energía innecesariamente. Comprobar esta particularidad es tan simple como seleccionar uno lleno de colores vivos y anotar la duración de la batería. Posteriormente, realiza el mismo proceso con un fondo oscuro y compara los resultados.
Fragilidad extrema
A lo largo de esta publicación ya hemos aludido a la resistencia que presentan gran parte de las pantallas desarrolladas actualmente. Que incorporen un sustituto de dudosa oficialidad ante daños en el panel puede llegar a suponer un problema debido a la fragilidad que brinden.
El inconveniente en esta ocasión es que solamente hay una opción para verificar el estado y es que el smartphone sufra un golpe imprevisto y apreciar la intensidad del golpe. Es muy difícil que un simple rasguño dañe la pantalla pronunciadamente, por lo que sería un síntoma de una pantalla falsa.