Los jóvenes ya no usan el móvil como antes: existe el miedo a las llamadas
Desde la llegada de los smartphones, los teléfonos han pasado de estar pensados básicamente para hacer y recibir llamadas, a ser una herramienta mucho más parecida al ordenador y eso ha cambiado la forma en la que entendemos estos dispositivos. Quienes han nacido prácticamente con un teléfono bajo el brazo, tienen una visión diferente sobre la forma de comunicarnos frente al resto de la población y los estudios ya nos hablan del miedo a recibir llamadas entre los más jóvenes de la población.
Resulta difícil comprender este temor a hablar por teléfono en una única franja de edad, pues ni siquiera los estudios se ponen de acuerdo entre sí. Hay quienes hablan de los millennials como los principales afectados, aunque a decir verdad entre los boomers también nos encontramos con personas que se sienten frustradas cada vez que suena una llamada de teléfono. Nuestra forma de comunicarnos ha dado un giro de 365 grados en los últimos años y parece que aún no se ha dicho la última palabra.
Descolgar el teléfono se puede convertir en una tortura
La telefonofobia, como es conocido popularmente esa ansiedad a responder llamadas no tiene por qué ser siempre expresada con el miedo, hay casos en los que provoca en las personas que lo sufren, normalmente los jóvenes como hemos mencionado antes, pasen por situaciones como; el rechazo, mal humor, agobio, falta de aire o incluso sudores. No todos los casos son iguales y aunque estas sensaciones se están convirtiendo en algo común en la sociedad, cada caso es particular.
Los puntos en común de los estudios y entrevistas dan como resultado que una llamada nunca llega en un buen momento, nos enfrenta ante un número teléfono y persona que posiblemente no conocemos sin saber ante qué pregunta o situación nos puede colocar. La gran diferencia con un mensaje de chat es que tenemos la posibilidad de no responder o hacerlo reflexionando mucho más la respuesta.
Otros aspectos que están llevando a que los jóvenes sientan miedo por las llamas telefónicas son los siguientes:
- Las llamadas son ineficientes comparadas con un sencillo mensaje.
- Pueden provocar más conflictos o de una manera más directa.
- Llegan siempre en el momento más inoportuno.
- Nos obligan a detener otras tareas y nos sacan de nuestra rutina.
- Una llamada te fuerza a responder cuanto antes a una pregunta.
El mayor miedo a responder llamadas de teléfono aparece cuando no conocemos el número que aparece en pantalla. En estos casos, algo de culpa puede quedar relegada al spam telefónico, que en los últimos años ha crecido notablemente con el único fin de que nos cambiemos de compañía de teléfono, de empresas eléctrica o para contratar muchos otros servicios. Aunque por otro lado también hay situaciones en las que una llamada de teléfono no tiene por qué ser mala o negativa para quienes sufren este temor a descolgar el móvil, casos cada vez más reducidos, limitándose a familiares o amigos muy cercanos.
Tanto es así que el odio por las llamadas telefónicas ha provocado que la mayoría de personas que sufren este síntoma opten por tener siempre el smartphone en silencio o con el modo no molestar activado. Por suerte, con este último método se consigue evitar que suenen o vibren las llamadas, salvo las de nuestros contactos favoritos, por si hay personas a las que si queremos responderles una llamada sea cual sea la hora.
¿Llamar por teléfono es intrusivo?
Una de las conclusiones a las que llegan los estudios y desde MovilZona hemos podido comprobar es que la llamada se está quedando, al menos entre los jóvenes, en un segundo plano. Los teléfonos tienen otras muchas capacidades y llamar ya no es su principal finalidad ni mucho menos. A la hora de contactar con una persona que no conoces en absoluto, es preferible escribir un correo electrónico o enviar un mensaje de WhatsApp antes de hacer una llamada. Ya sea para zanjar cualquier tema o bien para conocer su disponibilidad, es una manera de acercar el contacto sin tener que llamar, pudiendo molestar a la otra persona.
En las calles de España, Europa y prácticamente de todo el mundo ya nos podemos encontrar con carteles de se vende, se alquila o incluso en diversos servicios, en los que pone «Solo WhatsApp». En este caso ya no solo por la fobia de los jóvenes a las llamadas telefónicas, también porque al no depender de una respuesta inmediata, las personas se entrometen menos en el día a día de quienes ofrecen algo. En otros casos, aunque no se especifique, nosotros preferimos no resultar intrusivos y que nos respondan cuando sea posible con una mejor respuesta, en lugar de tener que esperar a que nos devuelvan una llamada.