Los números no dejan de aumentar en los teléfonos móviles, añadiendo más megapíxeles, una carga rápida superior y por supuesto, incrementando la tasa de refresco de los smartphones. Sin embargo, tras haber quedado claro que hay una diferencia notable desde los 60 Hz hasta los 90 Hz, llega el momento de valorar el siguiente escalón.
Hay un salto importante en el precio para los móviles que tienen 90 Hz y los que tienen 120 Hz, por eso nos conviene conocer si realmente hay un cambio excelente. Evidentemente, habrá un número de frames por el camino que nos permitirá ver un mayor número de imágenes, pero las dudas siguen presentes sobre lo que a nivel de usuario podemos percibir.
Difícil de diferenciarlo para nuestros ojos
En el momento en el que configuramos un móvil con 90 Hz y lo utilizamos un tiempo, para posteriormente modificarlo a 120 Hz y repetir el proceso, no somos realmente conscientes de cambios. Poniendo ante nosotros el siguiente vídeo, tampoco somos realmente conscientes de que haya un salto perceptible en el uso del día a día en móviles de cualquier marca. Tan solo en el momento en el que se reduce la velocidad del vídeo, podemos percibir más imágenes por segundo.
La diferencia resulta sutil para la visión de las personas y por eso, hay numerosos estudios que aclaran que la percepción de la velocidad del movimiento en las pantallas no marca tanto la diferencia entre los 90 Hz y los 120 Hz. A pesar de esto, debemos saber que se ha hablado mucho de los límites del ojo humano, que podrían llegar a diferenciar contenido en pantallas de 240 Hz y 480 Hz, peor no más allá, por lo que realmente algo si cambia para nuestra mirada.
Es un salto a considerar en circunstancias muy concretas, donde debemos tener claro que necesitamos la mayor velocidad. Es por eso, que incluso los fabricantes optan por añadir en los ajustes una tasa de refresco variable y adaptada a las situaciones, dado que los momentos en los que los 120Hz realmente se utilizan, son muy pocos.
No siempre funcionan los 120 Hz
Por otro lado, debemos valorar que la pantalla de nuestro móvil no siempre nos va a ofrecer 120 Hz, aunque los tenga, el smartphone se preocupa por ahorrar batería y esa subida, consume mucha más energía. Ni siquiera cuando estamos haciendo scroll por los ajustes o navegando por una web y redes sociales, es necesario, con 90 Hz es suficiente. El momento en el que entra en acción los 120 Hz ocurre con los juegos.
Hasta hace unos meses, la gran mayoría de títulos para Android y para iOS no estaban adaptados ni siquiera a 120 Hz, pero poco a poco se han ido incluyendo más frames para darnos una sensación mejorada. Aunque debemos saber que, si somos amantes de los juegos más sencillos, no habrá manera de aprovechar más allá de los 60 Hz, pues los desarrolladores se preocupan de esto. Tan solamente los títulos que al fin y al cabo quieren competir con las videoconsolas, nos lo ofrecen. Esto suelen ocurrir con videojuegos de lucha o carreras, donde importa mucho un segundo de diferencia para superar a los adversarios.
Entonces, ¿importa la diferencia?
Ahora que sabemos que para nuestro ojo resulta casi inapreciable en la mayoría de casos y que, además, no siempre podemos sacarle partido, nos queda claro que no es tan importante como parecía. Sin duda alguna, lo mejor que podemos hacer es comprobarlo por nosotros mismos, dónde no nos quedará duda que, frente a los 60 Hz, si hay un salto notable. Pero nuestra cuestión se basa en elegir entre 90 Hz y 120 Hz, donde debemos decir que, sí hay mayor fluidez a 120 Hz, eso no lo podemos negar, pero siempre que el juego o la app nos lo ofrezca.
El ojo se adapta a cada situación y lo que se hace complicado es volver a usar un smartphone con menor tasa de refresco tras haber estado jugando a un título a 120 Hz. Es ahí cuando la diferencia se vuelve crucial y a partir de entonces tenemos que pensar sí o sí comprar una pantalla que nos dé ese resultado tan veloz.