Nos hemos colado en uno de los sitios más interesantes para un amante de la telefonía móvil y, casi, para cualquier usuario. Se trata de uno de los laboratorios de Sony donde no sólo nos han explicado, sino que también nos han dejado grabar cómo es el proceso que sigue un terminal cuando, por algún fallo, se envía al fabricante y este tiene que discernir si ha sido culpa de dispositivo o del usuario, especialmente, cuando el teléfono no reconoce el USB.
Es probable que en muchas ocasiones muchos usuarios se pregunten ¿concretamente, ¿qué es lo que hace cada fabricante para saber si he tenido la culpa o no y, por consiguiente, aplicar la garantía? Es el caballo de batalla cuando se envía el dispositivo al servicio técnico y la eterna disputa entre fabricantes y usuarios que no quieren dejarse el dinero en una reparación, más si es cierto que ha sido por un accidente que cubre la garantía.
El agua, enemigo hasta para los Xperia
El fallo más común suele llegar por el contacto con los terminales con el agua, aunque es algo que en los Xperia debería ser algo que no preocupara dada su resistencia al líquido elemento. Sin embargo, esta resistencia es limitada, aproximadamente a un metro y medio de profundidad y 30 minutos de inmersión. Cuando esto se supera, o hay algún fallo en el sellado, ya sea por fallo de fabricación o, por ejemplo, por un golpe, los testigos de humedad situados en el conector USB y el interior del terminal que, si cambian de color, habitualmente son blancos, indican que ha habido contacto con el agua y, dependiendo de los que se activen, cuanto tiempo ha pasado de inmersión.
El siguiente paso es la prueba de vacío. Con ella se intenta probar la estancabilidad del dispositivo, es decir, si su sellado está bien y no tiene fugas. Eso se realiza mediante un dispositivo especial con unos sensores y una bomba de succión que, si se mantiene estable al sacar el aire, nos indica si hay o no posibilidad de fuga.
La última de las implica, justamente, lo contrario, volver a meter el dispositivo en un tanque de agua y con el mismo aparato, insuflar aire en vez de sacarlo, lo que dentro del líquido provocará la aparición de una serie de burbujas que nos dirán dónde están las fugas y evita que entre más agua.
Con estas pruebas, tanto si se pasan como si no lo hacen, la compañía podría determinar cúal ha sido el daño causado en el equipo y si este podría haberse causado de forma espontánea, ya sea por desgaste o fallo de fabricación, o ha sido por culpa del usuario.