El avance y la innovación tecnológica tiene un gran peso en los teléfonos móviles. Cada vez es más frecuente observar cómo estos disponen de funciones realmente avanzadas y que permiten al usuario aprovechar su dispositivo de diversas formas, como es el caso de la tecnología NFC y sus increíbles virtudes.
Esta propiedad lleva en nuestras vidas una enorme cantidad de tiempo, aunque no ha sido hasta hace poco que ha comenzado a extenderse de manera desmesurada a causa de la pandemia. Esto se debe a la extrema facilidad que garantiza para pagar con el smartphone, que es la principal finalidad que tiene hoy en día, pero son muchas las posibilidades que ofrece esta herramienta.
Sin embargo, pese a su rápida expansión, no son muchos los que conocen el significado de las siglas NFC o cómo funciona esta particular característica que integran la mayoría de los terminales en la actualidad. Por esta razón, nunca está de más comprender el funcionamiento de las diversas funcionalidades que incluye ese dispositivo que nos acompaña constantemente.
Qué significan sus siglas
Por si no lo sabías, las siglas del término NFC significan Near-Field Comunication, o lo que es lo mismo, comunicación por campo cercano. Este concepto ya indica parte de en qué consiste esta tecnología.
Su principal función es la de establecer una conexión inalámbrica de muy corto alcance con la finalidad de intercambiar datos con otro aparato. En concreto, la distancia máxima a la cual es capaz de iniciar la comunicación es de 15 centímetros, lo que implica una proximidad extrema. Esta conexión se lleva a cabo a través de la inducción, creando un campo electromagnético entre los dos terminales. Además, puede producirse de dos formas:
- Activa: la comunicación se produce por parte de ambos dispositivos que pretenden realizar un contacto con un objetivo específico, como la transferencia de archivos.
- Pasiva: solo un aparato inicia la conexión, mientras que el otro solo la recibe. Un ejemplo muy claro son las etiquetas NFC.
Cómo de rápido es
Lo cierto es que no se caracteriza principalmente por su velocidad, más bien, todo lo contrario. La transferencia de datos del NFC se realiza desde los 106 a los 848 Kbit/s. Se trata de una cifra muy pobre que esta destinada únicamente al intercambio de datos de poco tamaño, como la información de una tarjeta bancaria a la hora de efectuar un pago o la transferencia de una simple imagen.
Sea como sea, está claro que intentar mandar un archivo de gran tamaño mediante esta herramienta es misión imposible, a no ser que pretendas estar pegado al móvil durante un largo periodo de tiempo.
No hay duda de que es una función magnífica. Se espera que con el paso de los años sus utilidades sean mayores, además de una velocidad de conexión más rápida. El número de teléfonos que la ofrecen aumenta progresivamente. Por lo que no sería de extrañar que dentro de unos años, cuando todo el mundo cuente con ella, se comience a pensar en nuevas formas de aprovechar esta gran virtud.