Los protectores de pantalla se han convertido en accesorios esenciales para nuestros teléfonos móviles. Poder contar con ellos nos permite llevar un día a día con el móvil mucho más cómodo y sin sobresaltos. Pero estos elementos no son eternos, y hay algunos síntomas que nos avanzan que quizás sea hora de jubilarlo por otro nuevo.
Cada vez es más habitual ver cómo junto a nuestro móvil nuevo, además de una funda o un cargador, se suministra un protector de pantalla, que a veces incluso viene colocado de fábrica, algo que es de agradecer porque protege al teléfono sobremanera.
Cuando el protector te pide a gritos que lo cambies
Cuando hablamos de protectores de pantalla lo hacemos de esos tradicionales cristales templados, que añaden una capa de seguridad, yevita que la pantalla pueda romperse de forma irreversible.
Pero estos protectores también sufren el paso del tiempo, por eso hay que estar atentos a esas señales que nos recuerdan que quizás sea un buen momento de actualizar el protector de pantalla por uno nuevo. No hablamos de parpadeos de pantalla u otros fallos que sean del teléfono pero podemos entender que el protector de pantalla de nuestro teléfono está en las últimas en estos casos:
Comienza a despegarse
Cuando vemos que las esquinas del protector comienzan a despegarse y levantarse podemos irnos planteando cambiar este cristal templado. Y es que cuando este se levanta en las esquinas es más probable que se introduzcan restos de suciedad entre este y la pantalla, lo que en algunos casos podría provocar que la pantalla se raye. Es evidente que si está perdiendo su adherencia, la evolución va a ir siempre a peor.
Más opaco
Una de las características esenciales de un protector de pantalla es que sea completamente transparente, gracias a ello no vamos a notar diferencia entre tenerlo encima de la pantalla o no llevarlo. El problema es que con el paso del tiempo, la luz de sol, la suciedad de la pantalla y otros aspectos, el protector de pantalla se va viendo cada vez más opaco, lo que reduce la experiencia de uso del teléfono. Si notas este efecto, también será un buen momento para jubilarlo.
Demasiados arañazos
Al igual que en el anterior apartado, los arañazos en el protector indican un desgaste claro del protector. Aunque es una buena señal, ya que sabemos que esos arañazos no se los ha llevado la pantalla del terminal. Pero el problema es que si permitimos que estos arañazos se vayan acumulando en la pantalla, al final notaremos también un descenso en la calidad de imagen, en la fidelidad de esta respecto de una pantalla que no contara con uno de estos protectores.
Si tu protector cumple con algunos de estos síntomas, seguramente sea el momento de jubilar el protector de pantalla, ya que este habrá perdido algunas de sus características esenciales, y a la larga podría darnos algún susto, al no proteger ya de la misma forma a la pantalla de nuestro teléfono.