No es para nada sorprendente que las firmas de tecnología están viéndose envueltas en una crisis impensable hasta hace poco, pero la realidad cada vez está más cerca del usuario. Ahora es Apple la que se encuentra afectada por la escasez de procesador y los retrasos a la hora de fabricar los microchips. Tras el reajuste que afecto a los iPad para poder hacer realidad los últimos iPhone presentados, la historia se vuelve a complicar.
Todavía queda un tiempo para que el iPhone 14 sea una realidad, pero es inevitable que el trabajo comience para que llegado el momento podamos hacernos con el nuevo terminal. Lo primero que se fabrica en muchas ocasiones es el chip, el cerebro que después permitirá desarrollar sobre todo en Apple, pero también en otras marcas el software y todo apunta que no podrá ser como la marca deseaba.
La empresa TSMC encargada de desarrollar los semiconductores de la compañía está lidiando con problemas para hacer realidad los nuevos procesadores basados en el procedimiento de 3 nanómetros. Las filtraciones ya venían hablando de que este gran salto marcaría un antes y un después en la potencia del nuevo dispositivo premium, pero parece que tendremos que conformarnos con lo que ya conocemos, incluso reciclando el A15 Bionic.
Los 5 nanómetros han vuelto a aparecer en escena y por lo tanto repetir tecnologías y capacidades que ya tenemos en los iPhone 13. Todo ello podría provocar un efecto de estancamiento en Apple que será aún más evidente de lo que ya ha resultado en el último cambio de generación. Esto permite al panorama Android seguir ganando terreno con sus ventajas y tecnologías punteras.
Una de las novedades que Apple preparaba para el iPhone de siguiente generación era una mayor optimización del batería, pero sin el cambio de proceso en el microchip esto se complica. Lo mismo ocurre con las cámaras, las cuales necesitan tener seguro el cerebro, para poder desarrollar la tecnología que lo complementa, así como la nueva versión de iOS y otros muchos aspectos.
¿Y si Apple no llega a tiempo?
Aunque por ahora resulta descabellado pensar en un retraso tan notable, eso podría producirse si la compañía decide optar por los microchip de 3 nanómetros. Las dificultades para desarrollarlos podrían afectar a la cadena de montaje y llegar al tercer trimestre de 2022 sin el terminal completamente listo. Se produciría por lo tanto un cambio drástico en la firma que también afectaría a toda la competencia. Por el momento Apple tiene la primera piedra en el camino y veremos cómo decide resolverlo.