Los móviles resistentes al agua llevan presentes en el mercado muchos años. No son para nada algo novedoso, y por esa razón hay muchos de ellos que ya cuentan con unos años encima. Pero cuando los móviles tienen ciertas edades, hay que tomar precauciones con el agua. Y es que no es una buena idea mojarlo, aunque a priori esté diseñado para ello.
En estos días de verano, quien más y quien menos busca hacer fotos impactantes en el agua, sobre todo en las piscinas, y hay que ser muy cautelosos a la hora de meter el teléfono en ella, por mucho que sepamos que es resistente.
¿Tu móvil ya es un abuelo? No deberías mojarlo
Un móvil con certificación IP68 puede sumergirse en el agua hasta metro y media durante treinta minutos sin que le pase nada. Al menos eso es lo que garantizan las pruebas que hacen los fabricantes para poder obtener estas certificaciones.
Pero de ahí a que sea algo que siempre se garantice, hay un mundo. Y más cuando hablamos de móviles veterano. Si tienes un móvil con certificación IP68 pero que ya tiene unos años encima, digamos que cuatro o más, incluso con alguno menos, deberías ser muy cauto a la hora de meterlo en el agua.
El tiempo juega en su contra
Y es que de la misma manera que un barco debe ser revisado habitualmente para que todo su casco permanezca estanco, a un teléfono móvil puede ocurrirle algo similar. Y es que la resistencia al agua de un teléfono se basa en un elemento esencial. Y no son otros que las gomas que protegen el interior del teléfono, toda la electrónica, de que pueda entrar agua por alguna de las juntas. Normalmente al meter un teléfono en el agua se recomienda usar fundas que tengan tapones tanto para el conector minijack como para el USB del móvil. Algo que garantiza que no entrará agua por ahí.
El problema cuando pasan los años es que esas gomas y pegamentos que protegen al teléfono, pueden verse deterioradas por el paso del tiempo, por las temperaturas cambiantes, y sobre todo si hemos abusado mucho de la resistencia al agua. Incluso si se nos ha ocurrido meterlo en agua salada. En todas las ocasiones los componentes se van desgastando poco a poco, y como ocurre en muchos casos, una goma veterana puede terminar por quebrarse o ajarse, lo que terminaría por convertirse en una debilidad de nuestro teléfono frente al agua.
Por tanto no va a contar con la misma resistencia que cuando lo estrenaste una vez han pasado los años. Por eso si tienes uno de estos teléfonos y tienes pensado mojarlo este verano, lo mejor es que lo hagas durante el menor tiempo posible. Porque seguro que sus propiedades frente al agua ya no son las mismas que cuando lo estrenaste. Por esa razón es mejor ser conservador y mojar el teléfono solo lo imprescindible, u chapuzón y listo, nada de tenerlo minutos bajo el líquido elemento, salvo que evidentemente ya te de lo mismo que se eche a perder.