Perder el acceso a cuentas bancarias, correos electrónicos o redes sociales es un miedo que todo el mundo ha experimentado alguna vez. Muchos piensan que la única posibilidad de que pase esto es a través de un virus o un hackeo, pero hay un método que pasa desapercibido y cuyo origen radica en la tarjeta SIM de tu móvil: el SIM Swapping. Sin embargo, como ocurre con todas las amenazas que existen para tu smartphone, existen formas de contrarrestarlo. La tecnología eSIM surge como una alternativa para mantenerse seguro, pero hay una serie de aspectos que hay que tener en cuenta.
El SIM Swapping o duplicado de SIM es una técnica que consiste en engañar a la operadora para transferir el número de teléfono asociado a la SIM al ciberdelincuente. Una vez en su poder, puede recibir todas las llamadas, mensajes, contraseñas y el control de todas tus cuentas si no tienes configuradas las medidas se seguridad correspondientes. Por ello, la ausencia de SIM al usar una eSIM aparece como una posible solución para muchas personas.
¿Cómo mejora la seguridad la eSIM?
La eSIM como tal no es una tarjeta física, sino que se trata de un chip que se encuentra integrado en el propio dispositivo. Esta diferencia clave frente a la tarjeta SIM por los siguientes motivos:
- Elimina el componente físico: el ataque se realiza mediante un duplicado físico de la SIM. Con la eSIM, no hay nada que robar o reemplazar físicamente. Todo el proceso de transferencia se vuelve digital, eliminando el riesgo de que un estafador pueda simplemente solicitar una nueva tarjeta en una tienda.
- Proceso de activación más seguro: activar una eSIM suele requerir una verificación mucho más protegida. Normalmente, implica escanear un código QR que se recibe en un canal seguro, como el correo electrónico. Este proceso añade una capa de seguridad que no depende únicamente de la verificación de identidad con la operadora.
- Necesidad de confirmación: la eSIM está ligada al teléfono. Para transferir una eSIM a otro dispositivo, a menudo se necesita el acceso físico al móvil donde está la eSIM para aprobar la operación, algo que el ciberdelincuente no tiene.
¿Es una solución infalible?
A pesar de sus ventajas, calificar a la eSIM como la ‘solución definitiva’ sería demasiado optimista. Esta nueva tecnología reduce considerablemente el riesgo, pero no lo elimina por completo. El funcionamiento de la eSIM implica que, mientras haya un factor humano en los procesos de las operadoras, existirá una posibilidad para el engaño.

La seguridad de la eSIM depende generalmente de los procesos de verificación de la operadora. Si la compañía permite la transferencia de eSIM mediante una simple llamada telefónica, el riesgo seguirá ahí. Es cierto que elimina algunas brechas de seguridad de la tarjeta SIM, dificultando el proceso del SIM Swapping para los hackers. Por tanto, usar una eSIM aumenta la seguridad frente a las amenazas, aunque no la reduce al 0%, así que acostúmbrate a mantener seguras tus cuentas con contraseñas y claves de acceso complicadas.