Existen 3 razones por las que tu próximo móvil tiene que tener una eSIM, y no una SIM de toda la vida

Para quienes ya peinamos canas (sic), la llegada de las tarjetas virtuales o eSIM ha supuesto un cambio radical en la forma de usar nuestro móvil. Nosotros hemos pasado por las SIM, las MicroSIM y las nanoSIM, teniendo incluso que recortar o troquelar nuestras tarjetas para meterlas en nuestro nuevo móvil. Y si eres alguien que ha dedicado la mitad de su vida a probar smartphones, ya no te cuento lo incómodo que es.
¿Recuerdas esa espera interminable para recibir una nueva SIM por correo solo para cambiar de operador? Pues gracias a la tecnología de tarjetas virtuales esas que llevan la SIM integrada en la placa del teléfono bajo el nombre de eSIM, esto ya es cosa del pasado, ya que al tener su hueco junto al hardware del dispositivo, se elimina la necesidad de una tarjeta física.
Y te preguntarás… ¿Entonces, cómo se activa? Pues hacerlo es tan sencillo como hacerlo, de forma remota, con un simple escaneo de código QR o a través de una aplicación, facilitando la gestión de múltiples redes sin cambiar de tarjeta.
Pero, hoy no hablamos de cómo configurarlas sino de las ventajas que ofrecen estas eSIM frente a las tarjetas SIM convencionales.
Facilidad para cambiar de operador y administrar múltiples líneas
Una de las cosas que más me gusta de usar una eSIM en el móvil es lo increíblemente sencillo que es cambiar de operador o gestionar varias líneas en un solo dispositivo sin complicaciones ni esperas.
Con una SIM tradicional, cambiar de proveedor implica recibir una nueva tarjeta, insertarla en el móvil y realizar el proceso de activación. Con la eSIM, como las de Blink eSIM, este proceso es instantáneo y completamente digital.
Pero esto no solo implica comodidad, sino usabilidad, ya que no e hace necesario disponer de un smartphone Dual SIM para tener varios números en un mismo móvil. Con una eSIM puedes tener múltiples líneas activas en un mismo teléfono sin necesidad de una segunda ranura física y así separar tu línea personal de la de trabajo sin llevar dos dispositivos o dos tarjetas.
Ideal para viajar sin complicaciones
Los viajeros frecuentes pueden encontrar en la eSIM una solución perfecta para evitar el siempre peligroso roaming por sus costes asociados y las molestias de comprar una SIM local al llegar a un nuevo destino. Con una eSIM, puedes comprar un plan de datos internacional antes de tu viaje y activarlo de inmediato al aterrizar, sin necesidad de visitar una tienda física ni perder tiempo en el aeropuerto.
Esta capacidad de conexión instantánea es especialmente útil en países donde las barreras del idioma pueden dificultar la adquisición de una SIM local. Imagina llegar a la India y no encontrar a nadie que hable castellano o inglés, al tener un móvil con eSIM, puedes contratar cualquier tipo de plan de datos prepagados a precios accesibles, permitiéndote estar conectado sin depender de redes WiFi públicas poco seguras.
Mayor seguridad
Otro punto clave de la eSIM es su seguridad. A diferencia de las SIM físicas, que pueden ser extraídas y utilizadas en otro dispositivo en caso de robo o pérdida del móvil, una eSIM no puede ser removida ya que, como hemos dicho antes, va integrada en la placa base. Esto dificulta el robo de identidad y protege mejor los datos del usuario ya que, en caso de que pierdas el teléfono, la eSIM puede desactivarse remotamente, impidiendo que terceros la usen sin autorización.