A la hora de comprar un nuevo dispositivo lo más seguro es que el vendedor te pregunte si quieres pagar algo más para asegurar tu teléfono a través de la garantía. A veces, unos euros de diferencia pueden suponer un factor diferencial si nuestro móvil sufre algún desperfecto, ya que nos lo cambiarán por uno nuevo al instante.
En muchas ocasiones solemos pensar que no la necesitamos puesto que cuidamos mucho nuestras propiedades. Pero basta con un despiste para que tu terminal sufra una caída que lo dañe por completo. Por ello, optar por una garantía es esencial a la hora de hacernos con cualquier elemento.
Lo negativo de esta es que es temporal, por lo que una vez que se acabe ya no tendrá validez. Aunque lo lógico es que la duración sea aproximadamente acorde con la vida útil del teléfono. Una vez que se acabe nuestro dispositivo puede comenzar a experimentar averías relacionadas con distintos componentes.
Baterías que no aguantan
La batería es uno de los componentes que más rápidamente se desgasta, sobre todo si utilizamos nuestro terminal de manera frecuente y no lo cargamos como debería. Parece mentira, pero las baterías son bastante frágiles en este sentido. Además, estas no solo se estropean cuando dejan de funcionar, sino que también pueden sobrecalentarse en exceso, un indicio de que no está en buenas condiciones.
Si no la cuidamos debidamente lo más probable es que a largo plazo nuestro teléfono no sea capaz ni de mantenerse encendido sin enchufar el cargador. En algunos casos la batería solo está cubierta por la garantía durante un año, por lo que es conveniente que eches un ojo a la información del fabricante.
Las pantallas se debilitan
Hoy en día las pantallas de los dispositivos móviles se fabrican con algunos de los cristales más resistentes, pero esto no quiere decir que sean invulnerables. Con el paso del tiempo es habitual que el material vaya perdiendo resistencia frente a golpes y caídas. Estas son las dos principales causas de averías en nuestro teléfono, ya que no solo puede dañar la pantalla, sino también su interior.
Sustituir la pantalla resulta bastante caro, por lo que, si la garantía ha expirado, lo aconsejable es que optes por un nuevo móvil. O, también, que te decidas por cambiar el panel del teléfono roto tú mismo.
Conectores rotos
Unos elementos con los que hay que tener sumo cuidado son los conectores. Si conectamos nuestros auriculares con agresividad podemos crear daños internos en la entrada que pueden que finalmente desembocarán en que deje de funcionar.
Esto es algo que también se extrapola a los cargadores. Es altamente recomendable cargar nuestro dispositivo y que el conector se mantenga recto. Si está doblado continuamente uso tras uso puede provocar que la entrada se dañe y nuestro dispositivo no reconozca la carga cuando lo conectemos.