¿Tienen razones los fabricantes para preocuparse por los precios de los nuevos iPhone?
¿Crees que el consumidor es el único preocupado por el alto precio de un smartphone? Las tiendas y fabricantes de piezas también pueden llegar a sufrir las estrategias de las marcas, mirando con recelo las decisiones de algunas compañías a la hora de colgar etiquetas demasiado altas a sus productos. El caso más reciente lo podrías ver ahora con la salida del iPhone XS, cuyo coste podría estar dando ya algún que otro dolor de cabeza a las compañías asiáticas que suplen a Apple.
Por lo general, ser elegido como uno de los fabricantes que se encarga de suministrar piezas a Apple para la creación de sus iPhone supone motivo de celebración: la demanda es altísima y por tanto implica una carga de trabajo importante (y deseable) durante mucho tiempo. Sin embargo, un precio muy alto del producto final podría hacer que las ventas bajen y por consiguiente que los fabricantes no tengan tanto que hacer.
Esa es precisamente la preocupación que parece ahora sobrevolar entre los fabricantes de las piezas de los nuevos iPhone. Así lo aseguran en Digitimes, donde apuntan que las empresas que desarrollan elementos para el teléfono de la firma de Cupertino se enfrentan ahora a una gran incertidumbre sobre cómo irán las ventas para el cuarto trimestre del año, debido a los altos precios de la última generación, anunciados la semana pasada -recuerda que los teléfonos estarán disponibles en una buena cantidad de países este próximo viernes.
A la mayoría de los fabricantes (algunos muy dependientes de la casa de la manzana, como Foxconn Electronics o Pegatron) les preocupa así que los precios de los nuevos iPhones sean demasiado altos y, por lo tanto, no se cumplan sus expectativas, no vendiéndose lo suficiente como se espera. Especialmente preocupan los modelos con pantalla OLED, el iPhone XS y el iPhone XS Max, que son los que se cuelgan las etiquetas más altas -recuerda que el iPhone XR disfruta de un panel LCD y además no saldrá a la venta hasta finales de octubre.
No es el único «detalle» a tener en cuenta. Y es que resulta que algunas partes usadas en generaciones previas del iPhone aún pueden ser empleadas en los nuevos modelos (ya que no hay grandes diferencias en las especificaciones de hardware) lo que todavía acentúa más el hecho de que no tengan tanto trabajo que hacer en las cadenas de suministro.
Precios variados… pero no para todos los bolsillos
No podemos negar que los precios de los nuevos iPhone son bastante variados, pero no con ello podemos decir que el teléfono de Apple esté al alcance de cualquiera. La nueva generación implica la venta el iPhone XR cuyo precio parte de los 859 euros (todo un gama alta por derecho). Le sigue el iPhone XS, con un coste de 1.159 euros, y luego el iPhone XS Max, cuya etiqueta mínima es de 1.259 euros.
Estas cifras podrían empujar a la gente a decantarse por otras opciones, como por ejemplo el hacerse con el iPhone X que aún se puede comprar, a pesar de haber sido descatalogado por Apple, en muchos distribuidores y operadoras. La otra alternativa es tirar de generaciones anteriores de precio notablemente inferior.
Y es que la bajada de precios del iPhone 7 y el iPhone 8 podrían suponer un punto determinante en las cuentas de la compañía -y un quebradero de cabeza para los fabricantes por no «contar» tanto con ellos-, ya que hablamos de unos precios de 529 euros y 689 euros, respectivamente, notablemente inferiores a los de la nueva generación.
Las navidades están a la vuestra de la esquina y supondrán sin duda la prueba de fuego tanto para la propia Apple como para todos aquellos que dependen de ella. Veremos entonces si las sospechas de los fabricantes estaban en lo cierto o Apple vuelve a hacer gala de su habilidad para seguir siendo la compañía que más smartphones de gama alta vende del mundo.