Los smartphones de hoy en día disponen de un nivel prestacional admirable. Si miramos hace solo dos años atrás vemos como modelos de similar factura a los actuales estaban a años luz en rendimiento. No digamos si comparamos la calidad y tamaño de la pantalla, así como la resolución de la cámara. Lo bueno de todo esto es que el usuario tiene una mejor experiencia de uso y por ende aprovecha y valora más el terminal.
Fuentes de energía
También es cierto que todas estas prestaciones son en resumidas cuentas altas fuentes de energía. Para los especialistas en baterías es un verdadero quebradero de cabeza hacer frente a la demanda de consumo de energía que prestaciones avanzadas como al reproducción de vídeo generan en un móvil, incluso aunque nos ayudemos de una power bank ideal para el móvil. Pensemos que además del procesador, la memoria RAM y no digamos la brillante pantalla consumen muchos recursos. Esto se eleva todavía más cuando el vídeo se está reproduciendo en modo streaming: YouTube es el mejor de los ejemplos.
La decisión de Huawei
Ante este problema muchos fabricantes optan por ofrecer un modelo delgado y ligero pero que a veces no llegan al día de autonomía, lo que provoca un serio malestar en el usuario. Huawei tomó la decisión contraria con el Huawei G8, un modelo que dispone de una generosa batería de 3.000 mAh que le permite mostrarse eficiente ante un día donde se le exija mucho rendimiento. Recordemos que estamos ante un móvil que dispone de una batería de 5.5 pulgadas. Además, el conjunto lo mueve un procesador de ocho núcleos que se ve ayudado en su tarea por una RAM de 3 GB.
En términos prácticos
Dispone de una buena batería supone tener en la recámara un buen número de ventajas. Para empezar es muy probable que no tengas que recurrir a una batería externa o power bank, con las consiguientes ventajas de portabilidad y comodidad. Además te ahorrarás el comprar una batería extra. Por encima de todo, la realidad demuestra que cuando tienes un móvil con una batería potente puedes hacer más cosas en tu día a día ya que no estás pendiente del enchufe. Algo que no tiene precio no solo cuando estamos trabajando con el móvil, sino cuando por ejemplo, salimos de viaje, donde el encontrar un enchufe en un aeropuerto o en medio de una ciudad que no es la nuestra no suele ser tarea fácil. Por último no podemos dejar de comentar el tema del efecto memoria y de los ciclos de carga.
Si la batería es pequeña y no cumple con nuestras necesidades de autonomía, haremos más recargas (consumiremos más ciclos de uso) y como muchos de ellos no serán ni mucho menos con la batería agotada al 100% iremos deteriorando poco a poco su autonomía al provocar lo que se llama el efecto memoria. Digamos que las baterías sufren pérdidas de autonomía sino se descargan al 100%. Aunque las baterías de litio aguantan mucho el efecto memoria es una realidad que a la larga merman mucho sus capacidades si las cargas no se hacen con la batería descargada al 100%, algo que ocurre muy pocas veces.