No son pocos los casos de alguien que, siendo más o menos famoso, ha sido «pillado» por un indiscreto vídeo en el móvil en una situación comprometida. Si no quieres que todo el que coja el móvil pueda curiosear en los vídeos que tienes, ya sean los que tú has hecho o los que te han mandado, es posible ocultarlos y que sólo tú (o quien tenga también la contraseña) pueda verlos.
El móvil se ha convertido en nuestro confidente para guardar alguno de nuestros vídeos más privados, ya sea porque somos los que nosotros hacemos o los que nos mandan. Y no sólo hablamos de lo que todos estáis pensando – es decir, cosas como el famoso caso de Olvido Hormigos – sino que puede que no queráis que cualquiera pueda ver los vídeos de vuestros hijos o porque utilizáis el móvil para vuestro trabajo y lleváis en él material que puede ser sensible si se filtra.
Sea por la causa que sea, lo cierto es que podemos ir bastante tranquilos por la vida gracias a una sencilla aplicación de Android que se llama Video Locker. Y lo mejor, es que se integra con el resto de carpetas que tengamos en la galería. Video Locker crea una carpeta con contraseña o protegido por un patrón a la que podemos asociar todos los vídeos que tengamos guardados en el móvil y que queramos que desaparezcan de la vista de cualquiera que pueda verlos.
No hay ninguna limitación de tamaño y no tenemos que moverlos de donde están. De hecho, aunque nos olvidemos la aplicación abierta, Video Locker se bloquea automáticamente cuando la pantalla se vuelve a apagar, solicitando la contraseña para si queremos volver a verlos. Podemos crear, también, tantas carpetas como queramos dentro de la aplicación para tener todos los vídeos organizados como queramos y, como hemos señalado, pueden exportarse tanto desde la galería como utilizando un administrador de archivos. La aplicación es gratuita y no tiene publicidad, lo que la hace casi perfecta, además de ser compatible con Android 4.0 o superiores sin problemas.
De este modo, es ya totalmente seguro compartir el móvil con cualquier persona sin pensar en que nos va a curiosear en partes de nuestra intimidad que no queremos que se conozcan y, lo peor, que pueda compartirlo directamente en alguna red social, haciendo que ya perdamos totalmente el control de lo publicado y, con ello, tengamos más de un problema de privacidad.