Galaxy, Xperia, Óptimus, Lumia, ¿Por qué las gamas desbancan a las marcas?

Es curioso ver como con el paso de los años las marcas, las famosas marcas de telefonía móvil se ven desplazadas comercialmente por los nombres de sus propias gamas. Como hijos predilectos de sus estrategias de marketing han calado tanto en los usuarios que hoy en día si se quiere ser alguien el mundo de los móviles hay que tener sí o sí una gama con categoría de marca, una especie de apellido comercial de gran nombre. Veamos algunos detalles de las más importantes y cómo han sido capaces de tomar al protagonismo entre los usuarios.
El primer Samsung Galaxy vió la luz en septiembre de 2009 con motivo de los primeros pasos de la firma en el mundo Android, el Galaxy Spica. El Galaxy Spica equipaba la versión v1.5 también llamada Cupcake. Un año antes que Samsung, curiosamente en 2008, nacía su primer Xperia, el X1, un Windows Phone con pantalla de tres pulgadas. Un nombre, Xperia, equipado con Windows Mobile que, ironías del destino, sería la futura bandera de Android de los japoneses. Por aquel entonces Android estaba muy en mantillas y curiosamente Android estaba más apoyado por HTC que por Samsung, Sony o LG. Sony por su parte, bajo el nombre de Sony Ericsson, mantenía sus escarceos con Windows Mobile y apostaba por sistemas operativos propietarios en los que la terminología Walkman no acaba de calar en el usuario. LG también tonteaba con Windows Mobile y sus sistemas operativos propietarios, con el interesante ejercicio del LG Arena y su menú en 3D. Sea como fuere la saga Optimus empieza en 2010 con los albores del verano con el modelo LG GT540 Optimus.
Resumiendo las tres gamas que más pesan en el mundo Android de hoy con nombre propio nacen cada una por su lado con cierta indiferencia sobre el mundo Android, tomado en aquel momento como un mero ejercicio de Google para los más frikis del lugar. En el caso de Nokia es distinto. Con la historia de sus rivales ya andada lanza en octubre de 2011 sus Lumia, con el claro objetivo de convertir a una gama en una submarca de la firma. De hecho, todo su lanzamiento y campaña de marketing ha incidido y mucho en el nombre Lumia, más incluso que en la variante 800, hasta el momento el tope de gama en Europa.
A por el iPhone
Arriba, muy arriba en Samsung habían dado la orden de ponerse a la altura del modelo de Jobs con un producto competitivo. Por ello mientras que Android despegaba, Samsung ponía internamente en marcha el Galaxy S, que tenía como objetivo competir directamente con el iPhone. Un proyecto que con el paso de los años es, con mucho, el que más dinero ha hecho ganar a la firma en la telefonía móvil. Recordemos que la firma venía de una particular singladura táctil de gran calado con los Omnia. Modelos que con Symbian y hasta con Windows Mobile intentaban poco a poco hacerse un hueco en el mundo de los móviles táctiles de gran calado.
En Marzo de 2010 llega el Galaxy S, como una clara continuidad de su gama Omnia, digamos que era el relevo en la gama alta de la telefonía, pero apostando por una personalización de Android muy trabajada, buenas dimensiones y un look de primera. Era un modelo que llamaba la atención. Aunque Samsung le puso mucho esfuerzo y ganas tanto comercialmente como publicitariamente ni de lejos se imaginaban que habían dando tan bien en el centro de la diana. Las ventas no tardaron en llegar y sobre todo se puede decir que fue el primer Android de gran consumo. Técnicamente era muy superior al iPhone, pero sobre todo fue clave el diseño y la facilidad de uso. Además de las ventajas obvias para Samsung, este modelo alerta y demuestra al mercado que el iPhone no es invencible y que los Xperia, Optimus y demás modelos Android son una alternativa tremendamente competitiva frente a Apple. Ante esta situación en Samsung no se lo pensaron dos veces y además de apretar en marketing a niveles similares en la época a los de Nokia, prepararon toda una saga de hermanos pequeño dentro de la firma Galaxy que serían quizá el mayor quebradero de cabeza de la competencia. Más baratos, igual de fáciles de manejar y con una imagen normal, sin estridencias de diseño, eran ideales para hacer al cliente picar con el gusanillo de Android. En paralelo Sony hace de las suyas con el Xperia X10 y toda la saga de Mini, Mini Pro, Yendo, X8 y el Arc que culmina una gama y por ende un nombre, XPERIA. LG por su parte pisa fuerte con Optimus en julio de 2010 cuando con el One se mete de lleno en los operadores con un equipo Android de gran consumo. De paso desdobla “por arriba” la saga con los Optimus 2X y 3D y convierten a Optimus en el apellido tecnológico de la firma para el mundo de la telefonía.
Llega 2011
Con el iPhone 4 vendiendo millonadas, llega el año 2011 y el Mobile World Congress. Llega el Galaxy S2. LG presenta el Optimus 3D y Sony el Xperia Arc S. Más diseño, buenas dimensiones, amplias pantallas con tecnologías como Super AMOLED, Bravia o 3D en el caso de LG y procesadores superiores a lo que ofrecía en su día el iPhone 4 hicieron que la prensa de todo el planeta se rindieran a las criaturas. Mientras el mercado de consumo de los móviles ya no sabe cuantos modelos de Xperia, Galaxy u Optimus tiene a disposición, unas plagas con nombre propio que hacen que Android pase a se un bien de consumo. Cuando los modelos estelares de 2011 llegan al mercado, con precios elevados de base, pero soportados por fuertes condiciones de portabilidad y tarifas, las tres marcas reposicionan de precio todos sus modelos de gama anteriores, elevando así la presión sobre Apple y la competencia.
¿Y HTC?
En todo este tiempo, HTC, claro abanderado de Android en los orígenes, pierde el norte de la potencia del marketing y la submarca. La firma se enfrasca en lanzamientos de productos estelares y bien realizados, pero no mira de reojo cómo sus rivales arman nuevas formas de comunicar y ordenar sus gamas. HTC dispara en varias direcciones con Desire, Sensation, EVO y no pone foco en un nombre que le abandere en Android. Ahora el común nombre de One parece que apunta maneras de ser la submarca de la firma. Nombre muy manido y nada original o especial como los de sus competidores. Motorola por su parte no ha jugado a esta estrategia, aunque bien es cierto que bastante ha tenido con salir del hoyo en el que quedó en 2008. Una vez superado, aliada a Android y en manos de Google se espera que Razr, como ya se está haciendo en USA sea su apellido comercial más potente. La verdad es que es una pena que el nombre Droid solo se pueda usar en USA, ya que allí sí que Motorola ha trabajado muy bien el concepto de submarca con buenos resultados comerciales.
El resumen es que en menos de dos años Samsung, Sony y LG han metido en la mente del consumidor que Galaxy, Xperia y Optimus era lo mejor que podías encontrar en Android. Nombre que desplazan a las marcas y que abren una nueva manera de entender el enfoque comercial de los nuevos productos. A día de hoy Nokia y sus Lumia van por este nuevo camino comercial en el que estamos inmersos donde un buen apellido manda más que un nombre.