Con el paso del tiempo, todos los móviles han ido contando cada vez más con mejores capacidades de hardware. Y sin duda alguna, la resolución de pantalla de estos se ha convertido en uno de los puntos que más llaman la atención a todos los usuarios a la hora de comprar un nuevo terminal. Además, parece hasta mentira la velocidad con la que los paneles en los smartphone han ido evolucionando con los años.
Ahora son mucho más grandes, con una mejor calidad y ofrecen calidades que antes solo se podían encontrar en los televisores. Sin embargo, ahora tenemos la posibilidad de poder modificar el tipo de resolución de nuestro móvil. O, al menos, es una opción que nos dejará el Galaxy S20. Aunque con esto surge otra cuestión que también responderemos: ¿sirve de algo cambiarla? Por eso, te explicaremos cómo modificar este ajuste en tu Samsung y si realmente merece la pena llevar a cabo este pequeño cambio.
¿Para qué cambiar la resolución de mi Galaxy?
Aunque ahora parece algo más obvio, lo cierto es que todavía son muchas las personas que saben que cuanto mayor sea la calidad de vídeo e imagen, más potencia se va a necesitar en el hardware para poder reproducir vídeos a esas resoluciones. Esto quiere decir que si, por ejemplo, nuestro smartphone cuenta con una calidad FULLHD+, se notará en el consumo de nuestra batería mucho más que si tenemos una opción algo menor como HD+.
Por tanto, y al igual que en otros muchos aspectos, no habrá nadie mejor que nosotros para saber si tenemos que cambiar o no la calidad de la imagen del panel de nuestro dispositivo móvil. Y para aquellos que duden de esta configuración, la realidad es que modificar este ajuste no tendrá ningún efecto secundario en las aplicaciones en cuanto a su usabilidad.
No obstante, si se llegará a apreciar en la calidad con la que veamos dichas apps, vídeos o imágenes, pues será menor o mayor dependiendo de la resolución final que escojamos. Aunque, el lado bueno de elegir una menor calidad es que, a la larga, notaremos que la batería de nuestro teléfono dura mucho más de lo habitual.
De esta forma, queda claro que sí servirá de gran ayuda hacer esta pequeña modificación. Aunque también dependerá del uso que cada usuario tenga. Básicamente, si eres de los que se pasa el día entero viendo vídeos por Internet o jugando a todo tipo de juegos que supongan un gran consumo de batería, puede que probar una calidad más baja te merezca la pena. Si, por el contrario, eres de coger el móvil poco tiempo al día, y de vez en cuando, quizás tu mejor alternativa siga siendo dejar este ajuste tal y como lo tienes en tu Samsung Galaxy S20.
Modifica la resolución en tu Galaxy S20
Siempre hay momentos en los que aumentar la calidad de la pantalla nos ayudará a mejorar en gran medida nuestra experiencia, como puede ser al ver una determinada película o al jugar a un juego en concreto. Sin embargo, en otras ocasiones, nos irá mejor reducir la resolución de pantalla en nuestro Galaxy S20. Porque como os explicábamos anteriormente, una resolución mayor consume más. Además, también vendrá bien bajar la calidad de la pantalla si contamos con poca batería.
Por tanto, los pasos para poder modificar la calidad de imagen de la pantalla tu Galaxy con One UI son muy sencillos. Para ello, deberás hacer lo siguiente:
- Accede a los ajustes de tu Samsung.
- Entra en la sección de Pantalla.
- Luego, pulsa sobre Resolución de pantalla.
- Elige la resolución que más se ajuste a tus necesidades.
En el caso de volver a cambiarla, únicamente deberás seguir los pasos anteriores. Además, los Galaxy S nos ofrecen tres opciones en cuanto a la calidad de imagen entre los que podemos elegir. Estas van a depender del modelo que tengas, por ejemplo, en nuestro S20 podremos cambiar entre las siguientes alternativas: HD+ (1600 x 720), FULLHD+ (2400 x 1080) y WQHD+ (3200 x 1440). Tal y como puedes apreciar en la anterior imagen, pues el ejemplo es de un Galaxy S20.
Además, nada más sobre cada una de estas, nos mencionan algunas de sus características, como el hecho de contar con una imagen mejor o más nítida. Incluso, nos advertirá del efecto que tendrá sobre el consumo de la batería de nuestro dispositivo móvil.
Otros ajustes de la pantalla del S20
Las pantallas de la familia Samsung Galaxy S20 son muy variadas, nos ofrecen desde un tamaño de 6,2 pulgadas en el S20, 6,7 pulgadas en el S20 Plus y hasta una pantalla de 6,9 pulgadas en el caso del Galaxy S20 Ultra. Aunque todos estos modelos incorporan una calidad máxima WQHD+ y una frecuencia de actualización de 120 Hz, la cual nos hará disfrutar tanto en juegos, como cualquier otra acción como la de ver vídeos.
Es por esto por lo que la compañía coreana decidió capar su calidad máxima si estamos utilizando la frecuencia de 120 Hz, aunque como veremos no es todo lo que esta pantalla hace automáticamente. Al contar con unas pantallas tan avanzadas, también nos encontramos con un completo panel de ajustes dedicado a ellas. Básicamente tendremos también la posibilidad la tasa de refresco.
Para poder cambiar su tasa de actualización tendremos que acceder a Ajustes > Pantalla > Tasa de refresco y podremos ver como tenemos la opción de fijarlo en 120 Hz o bien reducirlo hasta 60 Hz, lo que nos permitirá reducir nuevamente el consumo de energía de la batería de nuestro dispositivo móvil.
Aunque, si seleccionamos la frecuencia de actualización adaptable, se ajustará automáticamente la tasa de refresco hasta 120 Hz con el objetivo de agilizar tanto las animaciones como el desplazamiento que hagas por la pantalla de nuestro smartphone. Es decir, en diferentes apps como puede ser la cámara u otra, la frecuencia de actualización se reduce automáticamente, con la intención de cuidar la batería y hacer que dure más tiempo.
También notaremos el cambio de este ajuste automático en momentos concretos como, por ejemplo, cuando nos queda poca batería o bien cuando la temperatura del móvil supera una temperatura concreta, que está fijada en los 42 grados centígrados. Por ello, con estas configuraciones nuestro teléfono será capaz de tomar decisiones que nos serán de gran ayuda sin que tengamos que estar pendientes en todo momento.