La cámara es uno de los muchos componentes que constituyen un teléfono móvil y también uno de los más importantes para un gran número de usuarios a la hora de buscar nuevo smartphone. Se trata de uno de los apartados que más variaciones ha experimentado durante los últimos años, puesto que las lentes actuales se alejan en exceso de lo que conocíamos con anterioridad.
Hace varios años presenciábamos módulos de cámaras enormes y repletos de todo tipo de sensores. Una lente principal, gran angular, macro, teleobjetivo, de profundidad, microscópico… Las posibilidades eran muy amplias y los fabricantes apostaban de manera desproporcionada por móviles de hasta cinco sensores. Sin embargo, con el paso del tiempo está dinámica ha desaparecido y lo habitual es encontrar como mucho cuatro de ellos en algunas excepciones, pero la norma es de tres lentes para cada uno de los dispositivos.
Cámara versátil
La industria tecnológica de la telefonía está compuesta por un enorme número de fabricantes que tratan de ocupar parte del sector y atraer la mayor cantidad de usuarios posible. Para ello no solo buscan diseñar un smartphone de garantías, sino también una forma atractiva de darlo a conocer.
En un primer momento, cuando comenzaron a surgir esos móviles con hasta cinco cámaras como el que protagoniza la publicación, conocido como Nokia 9 PureView, los consumidores sentían la imperiosa necesidad de optar por esta clase de modelos. Principalmente, porque pensaban que el hecho de tener más lentes a su alcance les proporcionaría mayor variabilidad al hacer fotos.
Esto es completamente cierto, nada más lejos de la realidad. No obstante, poco después, tanto las empresas como los usuarios se percataron de que, realmente, no aprovechaban todos esos sensores de los que presumían los dispositivos. De hecho, marcas como OPPO desecharon lentes tan innovadoras como la microscópica del OPPO Find X3 Pro debido al poco uso que le otorgaban los propietarios. Los resultados resultaban impresionantes, pero su utilidad era más bien nula.
Por no hablar, además, de que más clases sensores conlleva un coste de producción mayor. Factores de peso que influyen de manera vital a la hora de fabricar nuevos terminales y que han acabado por frustrar esta labor.
De modo que la principal razón de la desaparición de esta tendencia tiene que ver con las pocas finalidades de cara al día a día. Lo más seguro es que la mayoría de las fotos que realices sean tomadas con la cámara selfie frontal o principal trasera, así como la lente gran angular en algunos casos para obtener capturas originales.
La carrera de los megapíxeles
La intención de las empresas por atraer a los consumidores ahora pasa por otro aspecto también relacionado con los sensores de los teléfonos móviles: los megapíxeles. Es habitual en la actualidad observar cómo las entidades apuestan por cifras cada vez más sorprendentes, como es el caso de la lente de 108 MP del Xiaomi Redmi Note 11 Pro 5G.
Además, otras firmas como Samsung pretenden implementar una cámara de incluso 200 MP en su próximo buque insignia. La cosa es que una mayor cantidad de megapíxeles no promete mejores resultados fotográficos como tal, pues también influyen otras características a la hora de lograr una imagen ideal.
La diferencia respecto al número de sensores está en que, originalmente, sí que ofrecen una mejor funcionalidad, puesto que, pese a no ser determinante para una fotografía óptima, sí que consiguen unos detalles más precisos a la hora de hacer zoom a la imagen. Por lo tanto, las corporaciones han decidido centrar su foco de atención tanto en esta propiedad como en otras como la carga rápida.