Las baterías de silicio-carbono han llegado a los móviles para hacernos olvidar los iones de litio
Entre todos los elementos que componen los smartphones, las baterías son posiblemente los más importantes y desde hace años los fabricantes están buscando formas de mejorar la autonomía. Hubo un periodo en el que se trató de optimizar al máximo el sistema operativo, otro donde se ha tratado de reducir el consumo de los elementos que conforman el hardware y ahora el material que se utiliza para dar forma a las baterías está en el punto de mira.
Desde hace años estamos conviviendo con la misma tecnología, la llamada iones de litio (Li-ion), la base de los smartphones desde hace años y que se ha convertido también en clave para relojes inteligentes e incluso ordenadores portátiles. Sin embargo, esta cuenta con grandes carencias de autonomía que están empujando a la industria a buscar alternativas, donde aparece la prometedora tecnología silicio-carbono (Si-C).
Las baterías de Li-ion no pueden expandir más su autonomía
Un elemento clave que da forma a este tipo de baterías es el grafito, un material económico que permite la descarga y la carga en numerosas ocasiones, aunque, sin embargo, su composición no permite albergar una cantidad de energía mayor, lo que reclaman muchos usuarios, especialmente cuando hablamos de smartphones.

Ahora que además la instruía está tratando de adelgazar los teléfonos para ofrecernos dispositivos que son tan planos como una libreta, también aparecen nuevas limitaciones en la construcción del dispositivo. Si a ello le sumamos que la comprensión de las baterías, unidas a una carga rápida, podría ser peligroso, nos encontramos ante un panorama complicado para la industria de los móviles.
El futuro pasa por el silicio-carbono
Desde hace años la industria ha estado experimentando y trabajando en hacer posible el uso del silicio en los productos del día a día, como en los smartphones, porque tiene una capacidad de almacenamiento muy superior que el actual litio. Esto permitiría en un mismo formato conseguir una autonomía que se extienda notablemente e incluso multiplique por dos las horas de pantalla que se pueden conseguir.
La eficiencia energética corre a favor del silicio-carbono, es otro punto clave, derivando en que se puedan conseguir teléfonos más finos con el mismo resultado. El ejemplo más claro lo tenemos en el HONOR Magic V3 y en el HONOR Magic V5, un dispositivo muy delgado, concretamente 4,2 mm cuando está desplegado, que presume de una autonomía que llega a las 8 horas de media.

Como añadido extra ofrece una tolerancia mejor al calor, evitando que se degrade y pierda capacidad como le ocurre a las baterías actuales en el verano.
No te hagas muchas ilusiones todavía
Aunque la tecnología Si-C ya se está utilizando e incluso su desarrollo se podría decir que es ya masivo en los mercados orientales, cuando hablamos de Europa y España, tenemos muchas limitaciones. Las impresionantes ventajas de dichas baterías pasan obligatoriamente por las regulaciones y certificaciones de Occidente, lo que provoca que cualquier dispositivo con una celda de 100 Wh y de este nuevo material se tenga que etiquetar como una mercancía peligrosa, lo que eleva muchos los costes en el envío y en el transporte.
Se espera que poco a poco marcas de gran índole y alcance mundial se deciden por expandir las baterías de silicio-carbono, será aquí cuando el mercado cambie drásticamente y veamos con nuestros propios ojos como evolucionan las baterías de los teléfonos.