Soy 100% de Android, pero he de reconocer que tu iPhone me barre en esto
Aunque siempre he sido usuario convencido de Android, con años probando marcas como Samsung, Xiaomi, Google u OPPO, hay momentos en los que me veo obligado a admitir lo evidente. Y sí, tu iPhone es mejor que cualquier Android en una cosa muy concreta (bueno, en dos, pues tengo que admitir que el Face ID es una obra maestra de ingeniería).
Tras convivir a diario con ambos ecosistemas, analizando móviles por trabajo y por pura afición tecnológica, he de decir que mi móvil principal sigue siendo Android, pero cuando saco el iPhone del cajón, hay un área muy concreta donde siento que me gana sin discusión.
Apple gana en integración
Sin lugar a dudas, Apple es mejor a la hora de ofrecer una integración perfecta y consistente entre hardware y software del iPhone.
Es fácil caer en el tópico de que Android es caótico y el iPhone es simple. La realidad es más compleja, pero en el día a día, en la experiencia del usuario promedio Apple ha logrado una simbiosis que roza la perfección.

Cuando un iPhone y un iPad (o un Mac, ya puestos) se comunican, lo hacen de una manera tan fluida, tan instantánea y tan libre de fricciones que, como usuario de Android, solo puedo sentir una punzada de envidia tecnológica.
Pensemos en el ecosistema. Mis dispositivos Android, aunque mejoran constantemente en conectividad, a menudo necesitan aplicaciones de terceros o pasos adicionales para compartir archivos grandes o sincronizar notificaciones de forma inmediata entre el teléfono y, por ejemplo, mi tablet.
El Airdrop de Apple, por otro lado, es la definición de simplicidad: selecciona, toca y ya está. No hay necesidad de emparejar, ni de buscar dispositivos, ni de preocuparse por la red Wi-Fi. Simplemente funciona, y lo hace siempre bien.
Esta consistencia se debe a que Apple controla todo el proceso, desde la arquitectura del chip (los procesadores de la serie A y M son un testimonio de esto) hasta la última línea de código de iOS o iPadOS.
Este control, que a veces critico por ser restrictivo, se traduce en una optimización brutal que impacta directamente en la velocidad, la eficiencia energética y, sobre todo, en la longevidad del dispositivo.
Es cierto que Android ofrece más libertad y, en términos de personalización, no hay color. Pero cuando hablamos de continuidad de uso entre dispositivos, Apple sigue estando un paso por delante.

A nivel profesional, AirDrop y iMessage integrado con FaceTime simplifican procesos que en Android requieren soluciones de terceros o pasos adicionales. Y aunque Android ofrece alternativas, la ejecución no siempre alcanza ese nivel pulido.
Para quien vive rodeado de tecnología y necesita que todo funcione sin sorpresas.
Entonces, ¿por qué me quedo con Android?
Aunque me rinda a la evidencia, no digo que Android esté por detrás en todo ni mucho menos.
Sigo prefiriendo la libertad, la variedad de hardware, las interfaces más abiertas y la capacidad de ir un paso más allá con herramientas avanzadas. Pero cuando la conversación va sobre estabilidad diaria, pulido general y si, el mencionado Face ID vía cámara True Depth, toca ser honesto.
Ahí el iPhone todavía marca el rimo, le pese a quien le pese.