¿Puede un niño tener una cuenta bancaria? La letra pequeña de las finanzas infantiles

Cada vez más familias se preguntan a qué edad sus hijos pueden tener una cuenta bancaria. Y eso pese a los avisos de hacienda de lo que pasa al meter dinero en una cuenta compartida con nuestros pequeños y que ellos se lo gasten sin haberlo declarado previamente. Pero eso es otro tema. Hoy hablamos de qué edades deben tener nuestros hijos a la hora de contratar uno de estos productos.
Ya sea para recibir la paga, para acumular dinero con vistas a pagar la universidad, por el mero hecho de ahorrar por comprarse una Switch 2, o, simplemente, por empezar a aprender a manejar su dinero, tener una cuenta puede ser bastante práctico a edades tempranas.
Pero, claro, ¿a partir de qué edad?
La regla general: a partir de los 18 años
Lo primero que hay que saber es que, en España, los mayores de 18 años pueden abrir una cuenta bancaria sin restricciones. A esa edad ya se tiene capacidad legal para firmar contratos, incluidos los bancarios, sin necesitar permiso de nadie.

Pero, ojo, que aquí hay una excepción importante: los menores emancipados a partir de los 16 años. Si un joven se emancipa legalmente (por decisión judicial o con el consentimiento de sus padres), pasa a tener capacidad para actuar legalmente como un adulto, lo que incluye abrir una cuenta bancaria sin necesitar permiso de nadie. Así lo declara el Banco de España.
Un menor no tiene capacidad legal para firmar, salvo que sea mayor de 16 años y esté emancipado, por lo que es necesario que sus representantes legales (los padres, normalmente) estén presentes en el momento de la apertura de la cuenta.
Simplemente necesitaría esos documentos que le identifican como emancipado a la hora de abrir la cuenta del banco, motivo por el cual, probablemente, no lo pueda hacer online, sino físicamente en una oficina de la entidad elegida.
¿Y los menores de edad?
Aunque los menores de 18 no pueden abrir una cuenta por sí mismos, sí pueden tener una cuenta a su nombre. Eso sí, la apertura tiene que hacerla un adulto (padre, madre o tutor legal), que también se encargará de gestionarla. La cuenta será del menor, pero el adulto será quien firme los papeles y controle los movimientos hasta que el joven cumpla la mayoría de edad.

Es a partir de los 16 años cuando seguramente los más pequeños de la casa quieran comenzar a gastar el dinero acumulado en esas cuentas, como la de Imagin Teens, pero, ojo, como hemos dicho antes, Hacienda está mirando siempre y, antes de gastar nada (hablando de grandes cantidades), estas transacciones deberán formalizadas o declaradas adecuadamente como donaciones con el fin de evitar males mayores en formas de sanciones que pueden ir del 50 al 150% de la cantidad gastada.
También desde que cumplen los 16, es cuando algunas entidades permiten darles acceso limitado a la app o una tarjeta prepago para que aprendan a gestionar su dinero poco a poco.
¿Y los más pequeños?
Como hemos dicho, siempre que haya un adulto tutor de intermediario, los niños pequeños pueden tener una cuenta bancaria, incluso desde que nacen, pero siempre bajo la gestión de sus padres. En este caso, se trata sobre todo de cuentas de ahorro pensadas para guardar dinero que les llegará más adelante.
Así que, ya sabes, a partir de los 18 años, salvo casos de emancipación, cualquier ciudadano puede abrir su cuenta corriente libremente, pero, antes, deberán contar con el permiso y administración de sus tutores legales.