No vamos a engañar a nadie, las actualizaciones de software es una de las cosas que iOS hace mejor que Android. Si tu iPhone cumple los requisitos para recibir la última actualización, la obtendrá tan pronto como se lance al mercado. Con lo cual, solo tienen que preocuparse aquellos que cuentan con un iPhone de Apple significativamente antiguo, generalmente con más de 5 años en el mercado.
Por el contrario, el proceso de actualización de Google no es tan fluido con el ecosistema Android, quien solo lanza actualizaciones directas a sus propios productos, como son los teléfonos de la familia Pixel, e incluso estos, a veces, no logran obtener actualizaciones de manera puntual.
Fabricantes como Samsung, Xiaomi, OPPO y todos los demás tienen que obtener la actualización de Google, trabajar en ella, optimizarla para su dispositivo y luego enviarla. En muchos casos, también debe pasar por los operadores haciendo que las promesas de la marca de lanzar actualizaciones más rápidas y a dispositivos más antiguos caigan, una y otra vez, en saco roto.
Demasiadas promesas…
Desde tiempos inmemoriales, Google ha estado luchando primero con la fragmentación y ahora con la implementación de actualizaciones de Android por parte de los diferentes fabricantes, quienes no terminan de hacer que sus dispositivos se actualicen lo más fácil y rápido posible.
El último de estos intentos, y quizá el más ambicioso, es el que obligará a los fabricantes a adoptar las actualizaciones A/B, es decir, aquellas que pueden ser instaladas en una partición secundaria de una manera completamente transparente para que el usuario la active automáticamente una vez que se reinicie el terminal, simplemente cambiando la partición activa. Sin embargo, y aunque Google quiere hacer este proceso obligatorio, son muchos los fabricantes que no quieren trabajar de esta forma, demostrando una vez más que la fragmentación de Android es el gran problema del gigante americano a la hora de equipararse con iOS y sus puntuales actualizaciones.
Mishaal Rahman@MishaalRahmanGoogle is working on making OTA updates faster. A new set of patches has been submitted to AOSP that speed up OTAs on devices that use the virtual A/B with compression update mechanism. Combined, these improvements bring a full OTA install time from ~23 minutes to ~13 minutes! https://t.co/2hDliWzUZZ30 de noviembre, 2022 • 19:54
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La odiada fragmentación de Android
El problema aquí es obvio; no todos los fabricantes son igual de consistentes con las actualizaciones de sistema operativo, y algunas versiones de Android que se ejecutan en dispositivos pueden ser tan modificadas que las actualizaciones simplemente no tienen sentido. Este es uno de los motivos por los que, a las puertas de Android 14, aún hoy la mayoría de teléfonos que funcionan con del software de Google siguen anclados en Android 11, una versión con casi tres años de antigüedad.
Si bien parece que los fabricantes tienen la culpa de que tu teléfono siga ejecutando una versión de Android antigua, también están en juego otros factores, como la insistencia de los operadores en personalizar los teléfonos. Cuando compras un terminal en una compañía telefónica, hay ciertas particularidades en el software, como na animación de arranque, o la presencia de cierto bloatware que personaliza la experiencia. Esto también tiene que ser desarrollado para cada tipo de dispositivo y es algo que sigue retrasando la llegada de actualizaciones a nuestros teléfonos.
¿Son realmente peores las actualizaciones de Android que las de iOS?
Todo esto tampoco quiere decir que las actualizaciones de Android sean horribles si las comparamos con las de iOS. Ambas tienen sus propios desafíos y limitaciones.
Android es un sistema operativo abierto, lo que significa que es utilizado en una amplia variedad de dispositivos de diferentes fabricantes, cada uno con diferentes configuraciones y especificaciones técnicas. De ahí la tan temida fragmentación que hace que las nuevas versiones del sistema operativo lleguen tan tarde a los cientos de dispositivos diferentes donde se les espera. Además, esto hace que sea más difícil garantizar una experiencia uniforme y compatible con todos los teléfonos por igual.
Por otro lado, iOS solo es compatible con dispositivos de Apple, por lo que es más fácil para la compañía garantizar una experiencia uniforme y compatible con todos sus dispositivos.
Sin embargo, esto no significa que las actualizaciones de Android sean necesariamente peores que las de iOS. Ambas tienen sus fortalezas y debilidades. Por ejemplo, las actualizaciones de Android ofrecen más opciones de personalización y suelen llegar a un mayor número de equipos, mientras que iOS tiene un enfoque más riguroso en la privacidad y la seguridad y llega a todos los móviles compatibles al mismo tiempo.