Parece que los conflictos entre Google y la legislación europea no han terminado demasiado bien, al menos no para Alphabet, empresa matriz de Google, que tendrá que pagar una multa de más de 4000 millones de euros. No es la primera vez que la Unión Europea impone una multa a Google, ya que a finales del año pasado ya le impuso una escarmiento récord de 2.420 millones de euros por privilegiar Google Shopping y ahora la cantidad casi se duplica por abusar de su posición dominante con el sistema operativo Android.
Esa investigación, que empezó en 2015, ha llegado a la conclusión de que Google ha mantenido su posición dominante en el mercado con prácticas ilícitas, siendo los principales puntos de conflicto las condiciones que Google impone a los fabricantes de smartphones para poder instar su sistema operativo.
El problema es que Google exige a los fabricantes de dispositivos móviles que instalen aplicaciones como Google Search o el navegador Chrome si quieren instalar también su tienda de aplicaciones, Google Play. La unión Europea también critica el hecho de que Google obligue a instalar Google Search como app de búsqueda por defecto (incentivo mediante para ser la única app de búsqueda), un hecho que se ve agravado por el hecho de que Google prohíba a los fabricantes la venta de móviles con sistemas operativos que se basen en el código fuente abierto de Android.
Google deberá pagar, pero también cambiar sus condiciones
La sanción a Google estaba prevista para la semana pasada, pero razones diplomáticas como la visita de Donald Trump a Bruselas con motivo de la cumbre de la OTAN, han hecho que la Unión Europea retrasara un poco el golpe a Google.
La multa a Google ha sido anunciada por Margrethe Vestager, Comisaria europea de Competencia, pero lo cierto es que no es la peor que se le podía haber impuesto al gigante de las búsquedas. Si tenemos en cuenta que las normas de la Unión Europea permiten alcanzar el 10% del volumen de ingresos global de la empresa sancionada (Alphabet en este caso) y que dicha empresa registró en 2017 una cantidad de 110.855 millones de dólares en beneficios (unos 94.700 millones de euros), lo cierto es que la multa podría haber sido mucho mayor, de hasta unos 9.000 millones de euros.
Alphabet tiene ahora un plazo de 90 días para pagar la multa y lo que es más importante, poner fin a las condiciones de mercado que la han llevado a recibir este escarmiento, ya que de lo contrario, la multa a Google sufrirá un recargo del 5%.
Por su parte, no parece que Google esté dispuesta a agachar la cabeza. Ya en su día recurrieron la anterior multa de 2.420 millones y en este caso seguirán el mismo camino según sus últimas declaraciones:
“Android ha creado más opciones para todo el mundo, no menos. Un ecosistema pujante, rápidas innovaciones y precios más bajos son distintivos clásicos de una fuerte competencia. Recurriremos la sentencia de la Comisión”.
Hay que tener en cuenta que Google lleva desobedeciendo la legislación europea desde 2011, y con una cuota de mercado de más del 90% en lo que a servicios de búsqueda en Internet y sistemas operativos para móviles se refiere, es lógico que se encuentre en el centro de mira de los organismos de defensa de la competencia. Habrá que ver si vemos cambios a corto plazo en el ecosistema Android o si Alphabet sigue resistiéndose a pasar por el aro.