Las posibilidades técnicas de los móviles y smartphones actuales son bastante potentes, no solo es una realidad, sino algo bastante aceptado por la mayoría de los usuarios. Mucho más allá de sus procesadores y miles de componentes de hardware que tienen, cuentan con una pantalla en la que podemos reproducir, por ejemplo, los comandos de cualquier instrumento musical. Es decir, el display de cualquier teléfono es un buen lugar donde probar y experimentar a la hora de crear sonido.
Nueva tendencia
Esta tendencia de crear música con todo aquello que no es un instrumento convencional está tomando mucha fuerza entre la saga de compositores musicales de nuevo cuño. Gente que ve en los móviles o los tablets una buena extensión digital de cualquier instrumento clásico. Está claro que la tecnología, como bien dice Ge Wang, músico y tecnólogo de la Universidad de Standford, ha cambiado completamente la manera en que la nos relacionamos con la música. Además, apunta este especialista, es también mucho más fácil que nunca crear música. Wang, que ha diseñado app de música para móviles, está especialmente orgulloso de Ocarina, una app que transforma el iPhone en una flauta. Una aplicación en definitiva que permite al usuario de un móvil del siglo XXI experimentar cuando quiera con un instrumento que vio hace 7000 años en la América Prehispánica. Sin duda que la experiencia es impagable y obviamente impensable para los millones de seres humanos que han usado de una manera “analógica” este instrumento a lo largo de la historia.
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Música por y para todos
Pero lo más importante de esta nueva era de la música en cuanto a su relación con los móviles es que el artista mencionado, ha diseñado cosas como Chuck, un lenguaje de programación de código abierto para crear música. Al igual que la cuerda o la madera fueron las materias primas para la creación de instrumentos y la propagación de la música en la sociedad, lenguajes de código abierto como éste son el camino ideal para que de la mano de Internet, la música y su creación se propague.
Uno de los productos más interesantes que se han creado bajo este nuevo prisma de programación es Magic Fiddle. Se trata de un programa que convierte la pantalla del iPad en un violín, pero con la particularidad de que hay que ponerse el iPad en el hombro como si fuera un verdadero instrumento para poderlo tocar. Es decir no se trata de una app al uso que simula el sonido de un violín, ya que requiere de un estilo de uso similar al real. Fuera de un entorno tan habitual para nosotros como puede ser una app o un Tablet, están instrumentos como Twilight, que partiendo de unas cuerdas que salen del suelo, el ordenador y el software, generan sonido en función de la distancia de la cuerda, así como de su posición y hasta de posibles dobleces que hagamos sobre la cuerda en sí. Sin duda que alucinante.
Está claro que estamos en los albores de una nueva era digital y musical en la que los móviles y los tablets son los verdaderos protagonistas. No solo como máquinas que son, sino como perfectos interfaces para con los humanos amantes de la música que los quieran usar. Es el momento de esperar y ver cómo la música y la manera de crearla y hasta de consumirla tiene una nueva forma de vida digital.