¿Cómo será Netflix en España y qué diferencias habrá con EE.UU. y el resto del mundo?
Es la noticia del día, Netflix abre sus puertas en España. Parece la llegada del «mesías» esperado por muchos «cinéfilos» y, sobre todo, «seriéfilos», quizás el usuario prototipo de este servicio que pondrá en cualquier terminal (móviles, tablets, televisores, consolas, etc.) lo que parece, y solo lo parece ya lo adelantamos, un catálogo infinito en sus manos por apenas 10 euros al mes ¿o no será así?
Parafraseando las palabras de George Orwell en su famosa obra «Rebelión en la granja», se puede decir que «todos los Netflix son iguales, pero uno son más iguales que otros«. Es una gran noticia que en la «pirata» España, un servicio de estas características abra sus puertas ya que es señal de que los tiempos van cambiado y la industria, aunque poco, también.
Pero como ocurre en otros territorios, cuando se habla de Netflix se suele mirar a EE.UU., donde el reparto de derechos de emisión de los diferentes productos audiovisuales es diferente y poco tiene que ver con el español – o el de otros países europeos -. Es por ello que el panorama que se pueden encontrar los primeros que se apunten al carro en España puede ser muy diferente al que se esperan.
Netflix no tiene todas las películas y series del mundo, y menos fuera de EE.UU.
Aunque Netflix parece la «panacea» de los amantes de la televisión bajo demanda, no es así. Incluso en su país de origen empieza a tener algún problema porque las grandes cadenas de cable como HBO están ofreciendo sus propias plataformas «on demand» que tienen el atractivo de poder contar con sus series de producción propia. Y está claro, no se las van a ceder a la competencia y grandes títulos como pueden ser Juego de Tronos o la próxima temporada de True Detective no están ni estarán, al menos hasta que sean «clásicos», en Netflix. También ha tenido sus más y sus menos con otras como Starz, Disney y Sony/Columbia, que ya la ven como un tremendo competidor, quedándose sin mucho contenido procedente de estas compañías.
Netflix ya funciona como una «cadena de cable», compitiendo por los derechos de emisión de las películas antes que ninguna y, sobre todo, con sus contenidos de producción propia, en los que ahí si ha tomado la delantera y han causado furor como House of Cards, Orange is the new Black o la más reciente Daredevil. Ahora bien, volvemos a encontrarnos con los acuerdo de emisión como puede ser el de la serie protagonizada por Kevin Spacey y otras, cuyos derechos los tiene Canal Plus para emitirlos en España. A no ser que ya tuvieran previsto su llegada a España y una cláusula del contrato lo permita, en teoría, no podrían contar con ellas en su catálogo.
Y es que el catálogo dentro y fuera de EE.UU. es muy diferente. En EE.UU supera los 14.000 títulos mientras que en otros territorios donde lleva más tiempo implantando, como puede ser Reino Unido, apenas se acerca a los 3.000, situación que se repite en otras geografías. Además que, por ejemplo, una serie esté en Netflix no es garantía de que estén todas sus temporadas y son contadas las películas estrenadas en los últimos dos años que podemos encontrar en muchas ocasiones – y menos probable que veamos una estrenada en los últimos 12 meses -.
¿Entonces por qué tanto revuelo?
Pues la verdad es que cuando llega Netflix a un país lo hace con un catálogo «de lanzamiento» bastante corto pero al que va aplicando con el tiempo sus algoritmos, los mismo que van sugiriendo nuevas series y películas que ver a los usuarios, para ir conociendo los gustos del país. De este modo puede buscar así los contenidos, y sus derechos, que mejor le pueden funcionar. Es una prudente estrategia que le está reportando un crecimiento positivo en todos los países donde está siendo lanzado ya que pese a no ofrecer el último capítulo de la serie de moda, su catálogo se adapta a los gustos del usuario medio de ese territorio.
Actualmente en España las opciones se circunscriben a Yomvi y Movistar Series además de a otros pioneros en este sentido como Wuaki, que tiene un modelo de negocio muy similar, y Netflix, pese a su renombre, no va a aportar nada «revolucionario» en este aspecto. Habrá un buen puñado de series, pero probablemente muy pocas completas y menos aún actuales – a parte de las de producción propia que como ya hemos comentado, habrá que ver si las puede emitir sin problemas -. Por otra parte, no va a ser el fin de la televisión ni del cine o incluso de la compra digital de contenidos, porque el catálogo de películas tampoco brillará con los últimos estrenos.
En definitiva, que Netflix llegue a España es una gran noticia, pero más para el usuario medio que para el fanático del cine y las series. En este caso, el que suscribe puede hablar por experiencia personal en Reino Unido, muchos probarán el primer mes gratuito que seguro se ofrece y, tras un catálogo realmente corto para sus gustos, volverán al uso de las VPN para conectarse con Netflix USA, Hulu u otra de las opciones que hay.
¿Creéis que Netflix puede ser un agente dinamizador del mercado en España? ¿Hay mucho revuelo para tan poca repercusión real? Dejadnos vuestra opinión en los comentarios.